Los neumáticos son uno de los elementos más importantes de cualquier coche y, paradójicamente, también de los más olvidados. Su función va mucho más allá de rodar: son los responsables de que el vehículo se adhiera correctamente al asfalto, garanticen una buena frenada y mantengan la estabilidad en todo tipo de condiciones. Sin embargo, muchos conductores posponen su sustitución hasta que el desgaste es evidente o, peor aún, hasta que un reventón o un deslizamiento inesperado les recuerda que el tiempo de reacción ya pasó.
Saber cuándo cambiar los neumáticos no debería ser una incógnita. Existen señales claras que cualquier automovilista puede identificar a simple vista o sentir durante la conducción. Ignorarlas no solo aumenta el riesgo de accidente, sino que también puede implicar multas y la imposibilidad de superar la ITV. Por eso, en Motor16 repasamos las claves para que nunca te pille por sorpresa el momento de renovar las gomas de tu coche.
4Aumento de la distancia de frenado y pérdida de adherencia

Un conductor experimentado puede detectar cuándo sus neumáticos ya no ofrecen la misma seguridad de antes. Señales como que el coche tarda más en frenar, que el ABS se active con facilidad en frenadas suaves o que se pierda adherencia en curvas mojadas son avisos de que la goma ha perdido efectividad.
En días de lluvia, unos neumáticos desgastados pueden duplicar la distancia de frenado respecto a unos nuevos. Además, la probabilidad de sufrir aquaplaning aumenta drásticamente. Si notas que la respuesta al volante no es la misma o que el coche “flota” en determinadas circunstancias, no lo dudes: es el momento de cambiar los neumáticos.