Los neumáticos son uno de los elementos más importantes de cualquier coche y, paradójicamente, también de los más olvidados. Su función va mucho más allá de rodar: son los responsables de que el vehículo se adhiera correctamente al asfalto, garanticen una buena frenada y mantengan la estabilidad en todo tipo de condiciones. Sin embargo, muchos conductores posponen su sustitución hasta que el desgaste es evidente o, peor aún, hasta que un reventón o un deslizamiento inesperado les recuerda que el tiempo de reacción ya pasó.
Saber cuándo cambiar los neumáticos no debería ser una incógnita. Existen señales claras que cualquier automovilista puede identificar a simple vista o sentir durante la conducción. Ignorarlas no solo aumenta el riesgo de accidente, sino que también puede implicar multas y la imposibilidad de superar la ITV. Por eso, en Motor16 repasamos las claves para que nunca te pille por sorpresa el momento de renovar las gomas de tu coche.
3Desgaste irregular: un síntoma de otros problemas
No todos los desgastes son iguales. Si el neumático se gasta más por los bordes puede deberse a una presión baja, mientras que un desgaste excesivo en la parte central suele ser consecuencia de circular con demasiada presión. En ambos casos, además de reducir la vida útil de la goma, el coche pierde eficiencia y agarre.
Otro desgaste irregular muy común es el que se produce cuando la dirección o la suspensión no están correctamente alineadas. Si al observar tus neumáticos notas zonas más lisas que otras, lo mejor es acudir al taller para una alineación y revisión de los ejes. Detectar este problema a tiempo evita no solo cambiar antes de la cuenta los neumáticos, sino también averías mecánicas de mayor coste.
