Encontrar un control de la Guardia Civil en la carretera no es algo extraño, aunque todo el mundo siente cierto temor cuando lo ve. Tu primer instinto, casi un acto reflejo, es levantar el pie del acelerador y mirar de reojo el velocímetro. Compruebas que llevas el cinturón bien abrochado y que todo parece en orden. Respiras tranquilo.
Sin embargo, justo en ese momento podrías estar cometiendo un descuido que no solo te costará una de las multas más severas, sino que pondrá en jaque tu seguridad y la de los demás. Un gesto que muchos conductores hacen sin pensar y que la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil tiene en su punto de mira. Conocerlo y estar atento puede ahorrarte un disgusto muy grande.
2De la infracción grave al delito: una escalada de consecuencias

No seguir las indicaciones de un agente, como la orden de detenerse en un punto concreto, puede tener varias consecuencias dependiendo de la gravedad de la situación y del peligro generado.
- Infracción grave: La sanción más habitual. La desobediencia a la orden de alto de un agente se cataloga, por norma general, como una infracción grave. Esto se traduce en una multa de 200 euros y la retirada de 4 puntos del carnet de conducir. Es la consecuencia más directa y habitual si, por ejemplo, un conductor se detiene más adelante de lo indicado o titubea a la hora de seguir una instrucción.
- Conducción temeraria: La situación se agrava si la desobediencia genera un riesgo evidente. Por ejemplo, si al intentar evadir la orden de parada se realiza una maniobra brusca, un cambio de carril peligroso o se obliga a otros vehículos a frenar. En este caso, los agentes pueden calificar la acción como conducción temeraria. La sanción asciende a 500 euros y la pérdida de 6 puntos del carnet.
- Delito penal: El peor escenario posible es cuando la desobediencia se considera grave y deliberada. Darse a la fuga de un control, por ejemplo, no solo acarrea la sanción administrativa de 200 euros y 4 puntos, sino que desencadena una persecución durante la cual es casi seguro que se cometerán múltiples infracciones (exceso de velocidad, conducción en sentido contrario, etc.). Más allá de las multas acumuladas, el acto de desobediencia grave puede constituir un delito tipificado en el artículo 556 del Código Penal. Este delito de desobediencia a la autoridad puede llevar a penas de prisión de tres meses a un año.