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Mini Electric. Diseño del pasado, tecnología del futuro

Mini ha querido llamar la atención sobre la movilidad electrica en las ciudades utilizando su icono, el Cooper clásico. Dentro de su estrategia de lanzamienot de un modelo totalmente eléctrico, en 2019, la firma británica ha querido demostrar que aunque vaya a utilizar tecnologías de futuro, no va a perder los rasgos esenciales de su historia, su diseño clásico y esa imagen de vehículo icónico. Por ello ha presentado en el Salón de Nueva York un Cooper con la carrocería clásica y dotado de tecnología eléctrica.

Pero solo es 'decorado' para llamar la atención, porque, lamentablemente, no se asegura que el futuro eléctrico de la marca se vaya a realizar sobre esta carrocería que seguro que tendría muchos seguidores. Lo que han pretendido es dar visibilidad a su apuesta eléctrica y demostrar que pese a esa estrategia mantienen el carácter inconfundible de los modelos de la marca.

El eléctrico se presentará en 2019

Sí anuncia Mini en el comunicado que el futuro eléctrico mantendrá el carisma, estilo exclusivo y diversión al volante que siempre han caracterizado a sus modelos. El futuro modelo, que se presentará en 2019, será lanzado justo cuando se cumplan los 60 años del primer modelo creado por Sir Alec Issigonis. El Mini eléctrico estará basado en la carrocería de 3 puertas y se fabricará en la factoría que la marca tiene en Oxford.

El Mini electrico se ha beneficiado de la experiencia adquirida por la marca que en 2008 lanzó el Mini E, desarrollado sobre la anterior generación del utilitario deportivo inglés. De este Mini E se produjeron alrededor de 600 unidades que fueron utilizadas como vehículos de test en circunstancias de uso cotidiano. Esa experiencia fue utilizada por BMW para el lanzamiento del i3 y ahora también será clave en este futuro Mini Eléctrico.

Esta unidad mostrada en Nueva York por tanto lo único que hace es darnos envidia sobre cómo podría haber sido la movilidad eléctrica con un Mini clásico. Su pintura roja en el exterior, combinada con el techo blanco o las tiras en el capó le dan un aspecto como es tradicional en la marca. Y el juego de cuatro faros remiten inmediatamente a su experiencia en competición. Ahora solo faltaría que el motor eléctrico ofreciera características de prestaciones a la altura de lo que se espera de un Mini de los de toda la vida. Y si no nos convence, siempre podremos acceder a un Mini clásico, pero absolutamente puesto al día gracias al trabajo de David Brown.