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Mercedes Renntransporter. Una historia para recordar

La historia que hoy os vamos a contar es una de esas que nunca te cansas de oír. Corrían los años 50 y Mercedes necesitba un transporte fiable y rápido para transportar sus famosas flechas de plata. Hablámos de los míticos Mercedes 300 SLR con los que el gran Fangio y el laureado Stirling Moss dominaban la Fórmula 1 de la época. No valía por tanto un camión de transporte cualquiera. Necesitaban una máquina rápida que pudiera salvar a Mercedes si en cualquier momento tenían que volver a la fábrica. Además, debía ser un transporte a la altura del mejor coche del momento, así que Mercedes se puso manos a la obra y creó ella misma el impresionante Renntransporter.

Fabricado con lo mejor de la casa

Para crear este impresionante vehículo Mercedes no reparó en gastos. Así que su primer paso en esta andadura fue encontrar un chasis. En lugar de emplear un vehículo comercial, emplearon un chasis de un Mercedes 300, que modificaron, reforzaron y alargaron. Sobre ese chasis de largueros y travesaños se construyó un carrozado completamente artesanal que no se parecía ni de cerca a una furgoneta de la época. Para su interior, la clase de Mercedes no iba a desaparecer y para ello utilizaron la misma configuración del Mercedes 180 de la época. Podemos decir que las similitudes con un vehículo de serie terminan ahí.

Las flechas de plata se colocaban en una plataforma plana donde se fijaban fuertemente. Era necesario, ya que este camión – conocido como Blue Wonderera capaz de alcanzar los 170 Km/h. Su plataforma fue alargada hasta los 6,75 metros de longitud para poder albergar cómodamente a los Mercedes W196. Tenía dos metros de ancho y su peso era de 2.100 Kg, menos que algunos SUV actuales de la marca. Sin embargo, su cota que más nos llama la atención es la del voladizo delantero.

La cabina sobresalía casi dos metros por delante del eje delantero. Su altura apenas era de 1,75 metros, por lo que el puesto de conducción sólo era apto para personas con una estatura reducida. Aunque sin duda el secreto mejor guardado de este camión era su motor. Contaba con un seis cilindros en línea de inyección directa sacado directamente del mismísimo 300 SL. Gracias a ello, este tres litros era capaz de desarrollar 192 CV a 5.500 rpm. Toda esta potencia pasaba al eje trasero a través de una caja manual de 4 velocidades. Su depósito tampoco se quedaba atrás y contaba con la friolera cifra de 150 litros, algo necesario para una autonomía mínima de 500 km con un consumo medio de 25 litros de gasolina.

Declive y renacimiento

Tras la retirada de Mercedes de Le Mans, el Blue wonder fue enviado a Estados Unidos donde se pasó un tiempo de tour como vehículo de exhibición para nuevos coches de la marca. Además de su tour estadounidense, el Renntransporter sirvió como vehículo de pruebas para diversos sistemas que Mercedes implementó posteriormente en vehículos de calle.

En 1967 el vehículo fue desguazado por órden de Rudolf Uhlenhaut, alto directivo por aquel entonces de la firma de Stuttgart. Menos mal que a mediados de los 90 Mercedes Classicse encargó de traerlo de nuevo a la vida usando como base fotografías del modelo. Hoy en día se encuentra en el Mercedes Museum en Stuttgart con un 300 SLR encima de él. Mercedes rinde homenaje de esta manera a un pedacito de su amplia historia.