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Mercedes-Benz 300 SL Gullwing parece, Mercedes-Benz SLK es

El legendario Mercedes-Benz 300 SL se ha convertido en uno de los clásicos más deseados por los coleccionistas más adinerados. Muestra de ello es que a día de hoy se pagan astronómicas cantidades por los ejemplares que han sobrevivido. Tanto como cuatro millones de euros por un ejemplar con carrocería original fabricada en aluminio, aunque los que la tienen de acero tampoco se quedan atrás superando con facilidad el millón de euros. Eso cuando hablamos de los Coupé, porque los Roadster tampoco se quedan atrás con cuantías que quitan el hipo.

Muchísimo menos dinero es lo que te costará hacerte con este otro 300 SL Gullwing que ahora mismo tienes ante tus ojos, que por los 1,8 millones de rand (unos 104.800 euros al cambio actual) que pide el concesionario Crossley & Webb de Ciudad del Cabo en Sudáfrica, puede parecer la ganga de tu vida.

Cinco años de artesanal trabajo

El ojo experto ya habrá detectado el 'error', pero el que no esté tan entrenado puede que aún crea que delante suya se encuentra un alas de gaviota de los años '50. Y nada más lejos de la realidad, porque se trata de una reproducción que ha nacido de la base de un Mercedes-Benz SLK 32 AMG y que eso sí, ha necesitado de cinco años de trabajo para acabarse.

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Este pseudo 300 SL Gullwing luce una carrocería fabricada a mano en aluminio, la cual ha nacido de planos originales y de datos procedentes del escaneo 3D de una unidad original. Si bien, hay algunos retoques para que coincidiera con el chasis del mencionado SLK de 2001, que es mucho más poderoso que el 300 SL Gullwing original, porque bajo su capó se esconde un 3.2 V6 Kompressor, que en su día fue retocado por los expertos de Affalterbach y que generaba 354 CV de potencia, enviados a las ruedas traseras por medio de un cambio automático de cinco velocidades.

Esa carrocería de aluminio y la ausencia del techo retráctil eléctrico del SLK original hacen que se hayan ahorrado cerca de 400 kilos respecto al vehículo donante, del que mantiene todos los elementos de confort, con los que el 300 SL Gullwing soñaba en su época.