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Mercedes 300SL Gullwing. De todo menos plateado

El especialista en restauración de clásicos británico; Thornley Kelham, acaba de enseñar su último trabajo, un precioso Mercedes 300SL de 1957.

''El único color que no quiero es plateado''

El coche ha sido restaurado completamente y pertenece a un coleccionista de renombre y juez del concurso de elegancia de Pebble Beach. Este habría pedido al restaurador que hiciera del coche una joya perfectamente correcta con el periodo en que se fabricó, pero poniéndole una condición inamovible: que no fuera de color plateado.

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El coche llegó a las manos de Kelham con bastante desgaste general, llevando incluso las luces delanteras y traseras del modelo Roadster. Sin embargo, una inspección más a fondo destapó problemas más grandes, ya que el coche había sufrido sendos choques en la parte delantera y trasera que se habían reparado con partes del Roadster. Un desastre…

El chasis, por su parte, se encontraba en buenas condiciones, aunque sí que se necesitaba un poco de trabajo sobre él, ya que, al tratarse de un coche de 63 años, mejor hacer una restauración al completo, ya que te pones. El coupé se desmontó entero, incluido su motor 3.0 de seis cilindros, lo que acabó convirtiéndose en un trabajo de cientos de horas para llevarlo a buen puerto.

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Para el exterior, el cliente optó por un color Horizon Blue (azul horizonte), que es correcto para la época y que le queda al coche espectacular. El interior está acabado en color azul también y se ha recurrido a una tapicería que no es de cuero.