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martes, 9 septiembre 2025

Mecánico especializado avisa: no pongas a punto tu coche en septiembre sin estas 7 comprobaciones básicas

Revisa el nivel de aceite, la presión de los neumáticos, los filtros o los frenos después del verano.

¿Sabías que el mes de septiembre es más importante para tu coche de lo que crees? Después de un verano de calor extremo, algún que otro viaje largo por carretera y quizá de pasar por la playa, la mecánica puede haber sufrido más de la cuenta. Así que antes de volver a la rutina, te recomendamos que hagas algunas comprobaciones básicas, o que lo lleves a tu taller de confianza para que lo hagan por ti.

El final del verano es un buen momento para hacer una revisión y asegurarte de que no se te escapa ninguna señal de desgaste. Pero poner a punto tu coche no significa cambiar el aceite y comprobar la presión de los neumáticos. Hay sistemas que sufren mucho durante el verano, y pueden terminar provocando una avería importante si no le prestas atención.

Revisa la batería de tu coche, porque el calor pasa factura

Bateria coche pinzas Motor16
Fuente: propia

Tendemos a pensar que las bajas temperaturas son malas para la batería del coche, y es así, pero el calor extremo es otro de sus grandes enemigos. Las temperaturas altas aceleran la evaporación del electrolito y dañan las placas internas, lo que hace que se reduzca su capacidad. Quizá en pleno agosto tu coche arrancaba perfectamente, pero puede que ahora aparezcan algunas señales de desgaste, como que le cueste arrancar o que las luces interiores sean más tenues de lo normal.

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Por ejemplo, pasar por el taller para una prueba de voltaje es la manera de anticipar y prevenir un fallo más grave. Revisa también los bornes y asegúrate de que no hay sulfatación. Mejor invertir algo de tiempo y dinero en esta comprobación que quedarte tirado cualquier mañana de otoño.

Frenos: ojo si escuchas ruidos o vibraciones

Los frenos también sufren mucho en verano después de viajes largos con el coche muy cargado, atascos en autovía o descensos de montaña. Por eso, si notas chirridos, vibraciones al frenar o algún cambio en el pedal, tu coche necesita una revisión urgente.

En un taller pueden comprobar el grosor de las pastillas, el estado de los discos y el nivel de líquidos de freno. No ignores todas estas señales, porque pueden provocar un accidente grave y reparaciones más costosas.

Atención a la presión de los neumáticos

Revisión de neumáticos
Fuente: Pixabay

El asfalto caliente del verano también acelera el desgaste de los neumáticos. Además, los cambios de temperatura afectan a la presión, sobre todo en viajes largos. Revisa el dibujo, el estado de los flancos y cualquier posible deformación.

Las señales más evidentes es un desgaste irregular en los bordes, grietas o la necesidad de controlar la presión más a menudo que antes. Y si tu coche tiene también rueda de repuesto, comprueba de vez en cuando que todo esté en orden.

Revisa el aceite y los filtros

El aceite se encarga de lubricar el motor, y en verano trabaja bajo temperaturas muy altas. Esto puede hacer que pierda viscosidad y propiedades antes de lo que toca. Así que si notas un consumo más alto de lo habitual, olor a quemado o aparece algún testigo en el cuadro, comprueba cuanto antes del nivel de aceite.

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Aprovecha para revisar el filtro de aceite, el de aire y el del habitáculo. El mantenimiento preventivo que deberías hacer a tu coche es que el que limpia el motor y hace que sea más eficiente en los meses de frío.

Sistema de refrigeración: cuidado con las fugas y temperaturas

El circuito de refrigeración es otro gran castigado del verano. Si has circulado en tráfico urbano a 35ºC, revísalo, y todavía más si detectas aumentos de temperatura en el cuadro, nivel bajo en el vaso de expansión o manchas en el suelo. Son señales bastante evidentes de fuga o algún tipo de fallo.

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El desgaste silencioso de suspensiones y dirección

Bajos del coche
Fuente: Freepik

Los amortiguadores son una de esas piezas que nos avisan de forma tímida y con pequeños cambios, como un balanceo excesivo en las curvas, imprecisión en la dirección o golpes secos en los baches.

Revisa los amortiguadores, silentblocks y rótulas para mejorar la seguridad y el confort. Y si además le haces un paralelo al coche para alinear la dirección, alargarás la vida de los neumáticos.

Vigila las luces y climatización del coche

Por último, el calor afecta también al sistema eléctrico. Por ejemplo, una bombilla que ilumina menos de la cuenta o un faro algo más opaco son señales de que toca renovar alguna luz. Revisa las luces de freno, intermitentes y antinieblas antes de que vuelva la época de frío, lluvia y niebla.

Lo mismo ocurre con la climatización. Si enfría poco o hace ruidos extraños, revísalo también. De hecho, mantener la temperatura adecuada al volante, ya sea en invierno o en verano, mantiene el confort y reduce los accidentes asociados a la fatiga.

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