La Inspección Técnica de Vehículos (ITV) es un paso obligatorio para garantizar que los vehículos cumplen con las normativas de seguridad y emisiones. Para evitar sorpresas desagradables durante la inspección, es fundamental revisar previamente algunos componentes clave del coche. Hay diez elementos específicos que deben estar en perfecto estado para garantizar el éxito en la ITV, y aquí te explicamos cuáles son esos componentes y su importancia.
Uno de los primeros elementos que debes comprobar es el volante, ya que es esencial para la dirección del vehículo. Si notas vibraciones, ruidos, holguras o una dureza inusual, es recomendable acudir al taller antes de la inspección. Estos síntomas podrían indicar problemas en el sistema de dirección, algo que, de no solucionarse, podría llevar a un rechazo en la ITV. Otro componente vital son los frenos. Es crucial revisar el estado de las pastillas, discos y el nivel del líquido de frenos. Un sistema de frenado en mal estado no solo pone en riesgo tu seguridad, sino que también es motivo directo de que el coche no pase la inspección.
Neumáticos, luces y suspensión: los pilares de la seguridad para pasar la ITV

Los neumáticos son otro punto crítico que no debes dejar de revisar. La profundidad del dibujo, la presión y la ausencia de deformaciones son requisitos indispensables para que tu vehículo pase la ITV. Unos neumáticos en mal estado no solo afectan la seguridad del coche en carretera, sino que también pueden provocar un fallo en la inspección. La ITV también se fija en el estado de la suspensión, un sistema que, aunque deteriorado de manera imperceptible, es clave para la estabilidad del vehículo. Si notas que el coche rebota más de lo normal o se inclina en curvas, podría ser un síntoma de que la suspensión necesita ser revisada.
Las luces del coche son otro elemento prioritario. Verifica que tanto los faros como los intermitentes y las luminarias de freno funcionan correctamente y están bien regulados. Una iluminación inadecuada es una de las causas más comunes de rechazo en la ITV, ya que compromete tanto la visibilidad del conductor como la seguridad de los demás en la carretera.
Sistemas electrónicos y componentes internos

Antes de llevar el coche a la ITV, también es importante revisar la batería. Si has tenido problemas para arrancar el coche o los sistemas eléctricos no funcionan como deberían, revisa el estado de la batería, ya que esta se encarga de alimentar todos los elementos electrónicos. Otro punto esencial es verificar los niveles de líquidos y filtros. Asegúrate de que el líquido de frenos, el aceite y el limpiaparabrisas estén a los niveles correctos, y que los filtros de aire y aceite se encuentren en buen estado.
El aire acondicionado, aunque no es un requisito indispensable, también puede influir en el confort y la seguridad del conductor. Si enfría poco o se escuchan ruidos al conectarlo, conviene revisarlo. Un sistema de aire acondicionado en mal estado puede afectar la fatiga del conductor, lo que a su vez repercute en la seguridad vial. Por último, no olvides comprobar el estado de las lunas y limpiaparabrisas. Unas escobillas defectuosas o un parabrisas con grietas pueden afectar la visibilidad y ser causa de rechazo en la inspección.