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Uno de los fallos más frecuentes que te impedirá pasar la ITV

El mal funcionamiento de los sistemas para reducir las emisiones contaminantes de los motores de combustión interna es uno de los fallos más frecuentes en la ITV y es el tercer problema más habitual entre los defectos detectados en la inspección técnica.

En el año 2021, el 16% de los rechazos en la ITV fue debido a un incorrecto funcionamiento de estos sistemas de control de emisiones contaminantes, que limpian los gases de escape para garantizar que se cumple la normativa de emisiones. Una cifra que aumenta año a año, pasando de un total de 1,19 millones de coches rechazados por defectos de emisiones contaminantes detectados en el 2020 a 1,30 millones en el 2021, según la Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV), que toma como base los datos facilitados por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.

El problema con las emisiones contaminantes es el tercer capítulo de la ITV en el que más defectos se detectan, después del alumbrado y señalización y el de los ejes, ruedas, neumáticos y suspensión.

ITV

Así realiza la ITV esta prueba

Para verificar el correcto funcionamiento de estos sistemas, en la ITV se realizan dos tipos de comprobaciones: una visual y una mecanizada, a través del analizador de gases y del lector OBD.

AECA-ITV explica que es un tipo de inspección común tanto para motores de encendido por chispa (gasolina) y de encendido por compresión (diésel). En el caso de los motores de gasóleo lo que se mide, a nivel de contaminación, es la opacidad de los gases de escape. En este sentido, a mayor opacidad de los gases de escape, mayor concentración de partículas contaminantes en estos, dando como resultado, en el peor de los casos un “humo negro”. «Niveles muy altos de opacidad indican que la combustión que se produce dentro del motor es incompleta (el combustible no se quema correctamente) o que el sistema postratamiento (filtro de partículas) no se encuentra en correcto estado de funcionamiento», añaden.

Por lo que respecta a los motores gasolina, en la ITV se mide la concentración de monóxido de carbono (CO). Niveles muy altos de concentración de CO indican que la combustión que se produce dentro del motor no es la correcta o que el sistema postratamiento no se encuentra en correcto estado de funcionamiento.

Además de la prueba con el analizador de gases, en los turismos, tanto diésel como gasolina, que tengan que cumplir con la norma Euro 5 o posterior, en la ITV se comprueba a través del puerto OBD del vehículo que la centralita no tiene guardados errores relacionados con el sistema de postratamiento de gases, es decir, errores que la propia centralita del vehículos ha detectado (algún fallo o mal funcionamiento de algún componente).

Desde esta entidad recuerdan que pasar la ITV salva vidas. Según el estudio ‘Contribución de la Inspección Técnica a la Seguridad Vial y al Medio Ambiente’, las ITV evitan cada año 148 víctimas mortales, 13.110 heridos y 15.641 siniestros viales. Y, si los vehículos que no han pasado inspección, teniendo obligación de hacerlo, lo hubieran hecho, se hubieran evitado adicionalmente 13.517 siniestros viales, 11.643 heridos y 146 muertes adicionales.