La Inteligencia Artificial lleva unos pocos años formando parte del debate social, pues se ha ‘colado’ en todos los campos. A menudo, vemos los peligros de un mal uso de la IA en redes sociales, pero la realidad es que si la utilizamos bien, puede ser de gran ayuda para mejorar la seguridad vial.
Por ejemplo, cuando el coche frena solo ante un obstáculo, cuando detecta a un peatón o ajusta la velocidad según el tráfico, lo hace por un algoritmo que procesa miles de datos en cuestión de segundos.
De hecho, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha encontrar una gran ayuda en la Inteligencia Artificial. Desde hace poco más de un año, los sistemas de asistencia a la conducción (ADAS) son obligatorios en todos los vehículos nuevos, en su versión de equipamiento más básica y no como extra. Pero la Inteligencia Artificial no solo está presente en los coches, también en la carretera y en las ciudades.
2La infraestructura también puede ser inteligente
¿Has oído hablar de las carreteras inteligentes? Son el futuro de la movilidad en España y de la seguridad vial. Por ejemplo, hay algunos tramos de la AP-7 en Catalunya que cuentan con sistemas que ajustan automáticamente los límites de velocidad según las condiciones climáticas, el estado de la carretera y la densidad del tráfico. Es un sistema que se basa en la Inteligencia Artificial y en distintos sensores para mejorar el tráfico y reducir emisiones de CO₂.
En Girona, por ejemplo, existe un proyecto piloto que se podría extrapolar a otras ciudades españolas si funciona. De momento, ha conseguido reducir en un 37% los accidentes en zonas forestales gracias a las cámaras térmicas y a algoritmos de análisis de movimiento. Por ejemplo, la señal se ilumina con Inteligencia Artificial solo cuando existe un riesgo real para los conductores.
Las carreteras inteligentes son el futuro y es la manera de que la infraestructura se comunique con los vehículos (y a la inversa).
