Muchos conductores están mirando hacia el coche eléctrico para su próxima compra, y las marcas chinas acaparan todas las miradas. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) también lleva tiempo fijándose en ellos, y acaba de publicar un informe donde se analizan tanto los elementos de seguridad como la calidad general del gigante asiático en comparación con otros fabricantes tradicionales.
Las conclusiones muestran que hay aspectos en los que destacan, pero también existen puntos en los que tienen que mejorar.
1Un desembarco imparable

Que las marcas chinas están aumentando su cuota de mercado con rapidez no es ningún secreto. Marcas como Omoda, BYD o Lynk & Co son cada vez más familiares. Se anuncian en los medios, abren concesionarios y circulan por nuestras ciudades. Su estrategia es ofrecer coches eléctricos con un equipamiento muy completo a un precio con el que las marcas europeas, japonesas o coreanas no pueden competir. Esta fórmula ha calado hondo en un mercado en el que el precio es un factor determinante para buena parte de los compradores.
No obstante, algunos conductores siguen teniendo dudas. ¿Tienen una calidad comparable a la de una marca tradicional? ¿Son seguros? ¿. El resultado es un informe lleno de matices, donde se destacan varios puntos fuertes, detalles en los que tienen que mejorar y algunos otros interrogantes derivados de su juventud como marca.