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Humo negro: un síntoma de que algo va mal en tu coche

Hemos pasado por una situación similar miles de veces. Mientras circulamos con nuestro coche apreciamos que, de otro vehículo, emana un denso humo negro que no pasa desapercibido precisamente. Es una pista no solo de que algo le pasa, sino de que el dueño no se preocupa de hacerle un mantenimiento correcto. En cualquiera de los casos, el humo negro es un aviso para que llevemos el coche cuanto antes al taller para hacer una revisión.

No es el único que nos indica cuál es la salud de nuestro coche… Existen otros colores, como el blanco o el azul, que también entrañan peligros ocultos y nos deben alertar de que nuestro fiel compañero de viajes se merece unos cuidados específicos que no deberemos dilatar. No obstante, a continuación nos centramos en explicar el humo negro y por qué puede aparecer.

Humo negro: ¿Cómo llegamos a este punto?

La aparición de este humo negro se puede dar por un exceso de inyección de combustible. Es, de hecho, lo más común, pero también porque un filtro de aire está sucio y no deja que pase oxígeno al motor. Sea cual sea el caso, la mezcla debe ser la configurada por el fabricante.

Ojo, no nos confundamos. En muchas ocasiones, cuando hablamos de humo negro en un diésel, la gente se equivoca con las partículas. Esto se suele dar cuando aceleramos y aparece un chorro de humo negro, pero no significa que el vehículo esté ofreciendo una mala mezcla, sino que está expulsando las partículas quemadas del diésel a través del escape. Todo ello explica que existan los filtros de partículas, desde la normativa Euro 4 de 2005, que evitan que esos sedimentos salgan al exterior.

Humo negro: mezcla de aire y combustible no óptima