Si hay un episodio icónico en la historia de Los Simpson, es el número 15 de la segunda temporada, titulado «Tiene derecho a permanecer muerto». En él, Homer descubre que tiene un hermano perdido, Herbert Powell, exitoso empresario en la industria automotriz. Con el afán de fortalecer su relación familiar, Herbert le da a Homer la responsabilidad de diseñar el próximo gran automóvil de su compañía, Powell Motors. El resultado fue un desastre: El Homer.
El automóvil, creado sin ningún sentido de la estética o la funcionalidad, incorporaba características ridículas como una burbuja de cristal para aislar a los niños ruidosos, una bocina irritante y enormes portavasos. El precio de venta final, desorbitado, selló su fracaso absoluto. Sin embargo, lejos de quedar en el olvido, El Homer ha trascendido en la cultura pop como un símbolo del absurdo y la excentricidad de la serie.
Un grupo de mecánicos llevó a la realidad el coche de Homer
Tal es su impacto que, años después de su emisión, un grupo de entusiastas decidieron convertir esta ficción en realidad. La compañía Porcubimmer Motors, especializada en crear vehículos para eventos automovilísticos poco convencionales, tomó como base un BMW de 1987 para recrear fielmente El Homer. El coche participó en la carrera 24 horas de LeMons, un evento en California que parodia la prestigiosa 24 horas de Le Mans y que celebra los automóviles más extravagantes y ridículos.
La aparición de este peculiar vehículo en la competición fue un rotundo éxito entre los aficionados y los seguidores de Los Simpson. No solo se trataba de una reproducción exacta del modelo ficticio, sino que además fue conducido por un piloto disfrazado de Homer Simpson, acompañado por otros participantes caracterizados como Marge y Maggie. La atención mediática que generó esta hazaña demostró que El Homer sigue siendo un referente dentro de la cultura pop y el mundo del automovilismo alternativo.
Lo que generó la creación de El Homer
A pesar de su origen ficticio y su fallida historia dentro del episodio, la creación de El Homer en la vida real ha despertado nostalgia y risas entre los seguidores de la serie. Su paso por la 24 horas de LeMons reafirma la vigencia de Los Simpson y su capacidad para influir en diversas esferas del entretenimiento, incluyendo el automovilismo.
Hoy, el coche del padre de los Simpson es más que una broma animada: es un símbolo de cómo la cultura pop puede trascender la pantalla y cobrar vida de maneras inesperadas. Aunque en la serie significó la ruina de Herbert Powell, en la realidad se ha convertido en una obra de arte rodante que sigue generando sonrisas y admiración entre los fans de Los Simpson y los entusiastas del motor.
