En España, los fenómenos meteorológicos extremos son cada vez más frecuentes y entre ellos, el fuerte viento es uno de los que más afecta a la seguridad vial. La Guardia Civil de Tráfico, consciente de los desafíos que impone este clima adverso, emite recomendaciones esenciales para la conducción.
Su experiencia en la materia es invaluable y busca no solo prevenir accidentes, sino también promover hábitos de conducción seguros. Su labor es crucial para mantener la seguridad en nuestras carreteras y, en este contexto, sus consejos son herramientas clave para los conductores.
PREPARACIÓN Y PREVENCIÓN: LOS PILARES DE UNA CONDUCCIÓN SEGURA

La preparación previa al volante es un factor decisivo para enfrentarse a las rachas intensas de viento. La Guardia Civil de Tráfico sugiere siempre revisar el estado del vehículo antes de emprender un viaje, con especial atención en los neumáticos, frenos y dirección. Otro punto esencial es consultar el pronóstico del tiempo y planificar la ruta considerando las zonas más expuestas a vientos fuertes. Además, adecuar la velocidad y mantener una distancia prudencial con respecto a los demás vehículos es vital para reaccionar a tiempo ante cualquier imprevisto que pueda surgir debido a ráfagas inesperadas de viento.
En caso de que se encuentre en medio de un episodio de vientos fuertes mientras conduce, es fundamental reducir la velocidad y aumentar la atención. Especial cuidado debe tenerse al adelantar a vehículos de gran tamaño, como camiones o autobuses, que pueden generar una barrera al viento y, al superarlos, provocar una ráfaga lateral inesperada. Si el viento es tan fuerte que pone en riesgo la conducción, lo más prudente es detener el vehículo en un área segura y esperar a que las condiciones mejoren.
EN LA CARRETERA: DOMINA EL VOLANTE ANTE EL VIENTO

Una vez en la carretera, la atención al volante debe ser máxima. La Guardia Civil de Tráfico aconseja mantener ambas manos en el volante y realizar movimientos suaves pero firmes para contrarrestar las desviaciones provocadas por el viento. Es importante evitar maniobras bruscas que puedan desestabilizar el coche, especialmente en puentes o salidas de túneles, donde el viento puede cambiar de dirección o intensidad de manera abrupta.
Asimismo, hay que estar atento a la posible presencia de obstáculos en la vía como ramas de árboles, escombros o incluso la caída de señales viales, todo ello resultado del fuerte viento. En estas situaciones, es esencial no perder la calma y sortearlos con seguridad, siempre y cuando las condiciones lo permitan. La anticipación y la capacidad de reacción son clave para evitar incidentes.
USO DE LA TECNOLOGÍA: ALIADOS EN LA CONDUCCIÓN SEGUN GUARDIA CIVIL
En esta era digital, la tecnología es una gran aliada para la conducción bajo condiciones adversas. Aplicaciones y sistemas de información meteorológica en tiempo real pueden ser de gran utilidad para prever y evitar zonas afectadas por vientos fuertes. La Guardia Civil también cuenta con sistemas de alerta que pueden informar a los conductores sobre tramos peligrosos y recomendaciones específicas de circulación.
Finalmente, el uso adecuado de los sistemas de seguridad del vehículo, como el control de estabilidad (ESP), puede ser determinante para mantener el control del coche bajo ráfagas de viento. De la misma manera, otros sistemas como el ABS y el control de tracción ayudan a prevenir deslizamientos y pérdidas de control. Con la combinación de la preparación, pericia en la conducción y el apoyo de la tecnología, los conductores pueden enfrentarse de manera más segura a las adversidades del viento en la carretera.
LA IMPORTANCIA DE LA VISIBILIDAD: ENTRE EL VIENTO Y LA CARRETERA

Con la proliferación de condiciones meteorológicas adversas, la visibilidad se convierte en un factor crítico durante la conducción. El viento, en particular, puede acarrear consigo polvo, hojas y una variedad de partículas que reducen drásticamente la visibilidad en la carretera. Por ello, es crucial mantener las luces del vehículo en buen estado, y usarlas adecuadamente para ser vistos y ver a los demás usuarios de la vía. Además, mantener limpios los parabrisas y los espejos es esencial para no disminuir nuestra capacidad de anticipación frente a eventuales obstáculos o maniobras de otros conductores.
La Guardia Civil de Tráfico insiste en la importancia de no ignorar las señales de tráfico que advierten sobre condiciones meteorológicas peligrosas. Los paneles de señalización variable, con mensajes de precaución, ayudan a los conductores a estar al tanto de los tramos comprometidos por el viento y otros fenómenos que pueden comprometer la seguridad. Se recomienda siempre prestar atención a estas indicaciones y actuar en consecuencia, adaptando la velocidad y la forma de conducir a las circunstancias reinantes.
CONSEJOS PRÁCTICOS PARA MANTENER LA TRAZADA
No es sólo una cuestión de conocer las recomendaciones, sino de aplicarlas de manera práctica en la carretera. Por ejemplo, se recomienda encarecidamente evitar los cambios de carril innecesarios ya que maniobras de este tipo pueden resultar peligrosas bajo condiciones de viento lateral. Mantenerse en la misma posición en la vía, siempre que sea posible, aporta una mayor estabilidad al vehículo y reduce la posibilidad de ser sorprendido por una ráfaga imprevista.
El efecto de «aquaplaning», que suele producirse en días de lluvia, puede ser agravado por el viento. El mismo puede provocar que, al encontrarse con grandes charcos en la carretera, el coche pierda contacto con el pavimento y se patine de forma incontrolada. Por ello, es esencial reducir la velocidad al detectar grandes acumulaciones de agua y sostener el volante con firmeza, sin realizar movimientos bruscos que pueden empeorar la situación.
EL VIENTO Y LOS VEHÍCULOS DE DOS RUEDAS

Conducir un scooter o una moto en condiciones de viento representa un desafío aún mayor. Por su menor tamaño y estabilidad, estos vehículos son más susceptibles a las ráfagas de viento, lo que puede afectar el equilibrio del conductor. En estos casos, aumentar la concentración y disminuir la velocidad son aún más esenciales. Se recomienda también, para los motociclistas, utilizar indumentaria adecuada que no sea susceptible a ser atrapada por el viento y que pueda obstaculizar la conducción segura.
La elección del casco, por ejemplo, es fundamental para la seguridad del motociclista. Debe ser un casco que cumpla con todas las normativas de seguridad, que ajuste correctamente a la cabeza y que no sea excesivamente voluminoso para no verse afectado por el viento de forma negativa. Además, usar visera o gafas protectoras es vital para garantizar una visión clara y evitar que el polvo o pequeños objetos arrastrados por el viento puedan causar distracciones o lesiones.
Para concluir, conducir con fuerte viento requiere una adaptación de todas nuestras habilidades y herramientas como conductores. Siguiendo los consejos de la Guardia Civil de Tráfico y valiéndonos de la tecnología actual, podemos hacer frente a estos desafíos de forma efectiva. Una buena preparación y una actitud prudente al volante son insustituibles para preservar nuestra seguridad y la de los demás usuarios de la carretera. Sin embargo, si en algún momento se siente que las condiciones son demasiado adversas, la mejor recomendación es no dudar en buscar un lugar seguro para detenerse y esperar a que la naturaleza aplaque su ímpetu.
Finalmente, nunca está de más recordar la importancia de tener nuestros vehículos al día en cuanto a su mantenimiento y la revisión de la ITV para garantizar que, ante cualquier adversidad, estén en condiciones óptimas para protegernos y permitir una conducción segura. La prevención siempre será nuestro mejor aliado en la carretera, y el respeto por las normas y señales de tráfico, nuestro gran acompañante en el viaje.