Tener un coche en propiedad supone afrontar un gran número de gastos que empiezan por el carburante y siguen por el seguro obligatorio, el impuesto de circulación, el coste de la ITV o las consiguientes revisiones que indica el fabricante para realizar los cambios de aceite, filtros, pastillas, etc. Según los expertos, de media cada conductor gasta unos 2.000 euros al año en su coche, incluyendo los gastos fijos y los variables. Mantener el vehículo en buen estado debería ser una prioridad, ya que es clave en la seguridad y alarga la vida del automóvil, pero ¿qué parte de ese dinero corresponde al mantenimiento?
Según los datos del informe ‘Cuida el Motor de tu Vida’, elaborado por Eurotaller, cada familia española invirtió el año pasado 639 euros en el cuidado de su coche, cantidad que supone un 2,03% del gasto total de un hogar, que asciende a los 31.568 euros anuales de media.
Un gasto que no es, ni de lejos, excesivo, ya que el mismo estudio concluye que el año pasado, el mantenimiento del coche supuso cuatro veces menos en el gasto por hogar que la inversión media realizada en bares, restaurantes y hoteles (2.953,27 euros) y también se mantuvo por debajo del dinero destinado a Internet y televisión de pago (710 euros) o al cuidado personal (802 euros).
4¿Qué gastos conlleva tener coche?

Aunque cuando pensamos en comprar un coche no solemos detenernos en los gastos que esto conlleva más allá del precio que pagamos por el propio vehículo, lo cierto es que un automóvil en propiedad tiene una serie de gastos fijos y variables que deberemos afrontar.
Entre los costes fijos se encuentran el seguro, cuyo precio variará según el tipo de cobertura que tengamos e incluso según la edad del conductor y su experiencia al volante. A esto se suma la ITV, que deberemos pasar cuando el coche cumpla cuatro años, cada dos años hasta que el automóvil tenga diez y anualmente a partir de ese momento. Otro gasto fijo es el impuesto de circulación, que depende de la potencia medida en caballos fiscales. También habrá que destinar una parte de nuestro presupuesto a las revisiones de mantenimiento y, si hemos financiado nuestro coche, a pagar la cuota mensualmente.
Entre los gastos variables, el más importante es el combustible, que variará en función del uso y del precio del propio carburante a utilizar. A este hay que sumar lo que gastemos en aparcamiento, en peajes, en el cuidado y lavado del coche, en multas y en averías que acaben con el coche pasando por el taller.