Los frenos son, sin lugar a dudas, el principal sistema de seguridad de cualquier vehículo y, además, el más antiguo, como cabría esperar. Evitar la colisión con otro vehículo, no atropellar a un peatón o no salirnos de la carretera va a depender en gran medida de que nos detengamos a tiempo con seguridad. Un funcionamiento óptimo del sistema de frenos es vital para evitar una posible desgracia.
Un conocimiento básico de este sistema nos va a ayudar a interpretar posibles señales de avería y también a concienciarnos de la importancia del mantenimiento. Los datos de un estudio de Roadhouse revelan que el 97% de los conductores españoles opina que los frenos son el sistema de seguridad más importante de su coche, pero de poco sirve si solo el 13,5% de esos conductores sabría detectar algún problema a tiempo.
Notas el pedal de freno esponjoso
El conductor se va acostumbrando al tacto del pedal, hasta el punto de que puede llegar a notar cualquier mínima anomalía. Si el pedal se vuelve excesivamente esponjoso, la causa puede residir en un líquido de frenos muy deteriorado, fugas en el circuito de frenos, aire en el mismo circuito o un defecto en la misma bomba de freno.
Los fabricantes recomiendan sustituir el líquido de frenos cada 2 o 4 años, como máximo. Lo preocupante es que esto es algo desconocido por muchos conductores e ignorado por otros, ya que no se percibe esa sensación de inseguridad como ocurre con otros elementos que no nos plantearíamos tardar mucho en cambiar.
