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Ferrari 290 MM. Una joya de 19.365.000 euros

La firma del cavallino rampante fabricó tan sólo cuatro unidades del deportivo Ferrari 290 MM, un bólido de competición que se labró un importante palmares a lo largo de los años. Esta joya que ahora tienes ante tus ojos es la última de esas cuatro unidades y precisamente la que los expertos de RM Sotheby's han subastado en Estados Unidos por una importante cuantía económica, pues alguien ha desembolsado la friolera de 22.005.000 dólares por el, el equivalente a 19.365.000 euros.

Esta joya hizo su debut en la Mille Miglia (de ahí las siglas de su denominación) del año 1956 y estaba impulsado gracias a un sencillo propulsor de cuatro cilindros.

Con un extenso palmares

Pilotado por Peter Collins y Lous Klemantaski, este impresionante Ferrari 290 MM acabó en segunda posición y comenzaba un año lleno de éxitos al acabar cuarto en la Targa Florio y segundo en la Subida Aosta-Gran San Bernardo.

Tras ese primer año en competición la firma de Maranello decidió transplantar bajo su largo capó delantero un corazón 3.5 V12 que provenía del 4.5 V12 que por aquellos entonces empleaban los monoplaza de Fórmula 1. Aquel bloque que a día de hoy conserva esta joya era capaz de proporcionar 320 CV de potencia y le permitía alcanzar velocidades de 280 km/h.

Con su nuevo corazón, este Ferrari 290 MM participó en 1957 en los 1.000 kilómetros de Buenos Aires, las 12 Horas de Sebring y la semana de la velocidad de Bahamas. Precisamente en esta última compitió siendo pilotado por Stirling Moss, quien venció en el Trofeo Nassau.

Tras correr en Sebring este Ferrari 290 MM se retira de la competición y es vendido a un equipo privado que lo sigue empleando. Incluso es expuesto en el Salón de Chicago en enero de 1958.

Restaurado por Ferrari en 2011

A lo largo de la historia ha pasado por diferentes manos y en el año 2011 fue restaurado por completo en las instalaciones de Ferrari Classiche.

En 2015 se expuso en el Concurso de Elegancia de Amelia Island y en los años 2016 y 2017 se ha podido contemplar en los museos que la firma italiana tiene en Marenello y en Módena respectivamente.

Pero ahora esta joya de la competición se ha ido a un buen hogar donde lo van a tratar como se merece.