La idea de unir España y Marruecos por un túnel submarino de unos 30 kilómetros lleva años rondando a los ingenieros de ambos países. Hasta ahora, siempre se ha hablado de crear un túnel bajo el Estrecho de Gibraltar, pero ¿y si lo cambiáramos por un puente?
La idea no es tan descabellada como parece, y la prueba está en la reciente inauguración del Puente del Cañón Huajiang en China, que ya está considerado el más alto del mundo. Lógicamente, el proyecto de construir un túnel submarino es complejo, pero quizá podemos tomarlo como referencia en caso de necesitar un Plan B.
En China han levantado una infraestructura de casi tres kilómetros de largo suspendida a más de 600 metros de altura, y con la capacidad de resistir el paso simultáneo de casi un centenar de camiones. ¿Y por qué no imaginarlo también entre Tarifa y Tánger?
China muestra el camino con el puente más alto del mundo

El Puente del Cañón Huajiang, inaugurado hace unas pocas semanas, es una auténtica obra de ingeniería que conecta el condado de Zhenfeng con una nueva autopista ubicada en la provincia de Guizhou. Para levantarlo, fueron necesarios cuatro años de trabajo, más de 400.000 metros cúbicos de hormigón y 50.000 toneladas de acero. El resultado no podía ser otro que un puente suspendido a 625 metros de altura sobre el río Beipan.
La magnitud de la construcción es tan alucinante que ha supuesto un punto de inflexión en la movilidad de la región, y por supuesto todo el mundo mira al Puente del Cañón Huajiang. En tan poco tiempo se ha ganado el puesto de reclamo turístico.
Por supuesto, se han hecho muchas pruebas para que este puente pudiera estar en funcionamiento. Han sido test de resistencia que ahora nos confirman que puede soportar de manera simultánea casi un millón de camiones cargados, en total unas 3.300 toneladas de peso. Si China ha dado un salgo tan importante, ¿sería posible hacer algo parecido en España en el Estrecho de Gibraltar?
¿Puente o túnel entre España y Marruecos?

Este asunto lleva años sobre la mesa de sus responsables, pero cada vez surgen más complicaciones técnicas. La idea inicial, y la única que se contempla en este proyecto, es un túnel bajo el Estrecho. Sin embargo, es una zona de muchas corrientes y también hay una gran actividad sísmica. Por tanto, sería un reto en mayúsculas tan complejo como costoso. De hecho, se estima que solo el estudio geológico ya requiere inversiones millonarias y plazos que miran a un futuro demasiado lejano.
Un puente también tendría sus propias dificultades —vientos, tráfico marítimo, profundidad del lecho marino—, por supuesto, pero hay más precedentes en otros lugares del mundo. De hacerse, sería el puente más ambicioso jamás diseñado en Europa, pero la ingeniería también ha avanzado mucho en los últimos años.
Al margen de si sería posible técnicamente o no, o si los responsables estarían dispuestos a poner sobre la mesa esta opción, ¿hay una voluntad política y económica de construir un puente parecido? Sería también el primero que conectaría dos continentes, daría pie a nuevas rutas comerciales y revolucionaría el transporte por tierra entre Europa y África.
Y, por supuesto, sería útil para los millones de personas que cada año viajan a Marruecos. Por ejemplo, según datos oficiales de la Operación Paso del Estrecho 2025 (entre junio y septiembre de este año), cerca de 3,5 millones de pasajeros y 857.000 vehículos han cruzado el estrecho durante los meses de verano. Por tanto, es evidente que hay que buscar soluciones para conectar los dos países, aunque nada podrá ser a corto plazo.