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DS 7 Crossback y Michelin CrossClimate… ¡Qué buena pareja!

DS quiere ser referencia en acabados, en exclusividad, en estilo… Pero también pretende estar en lo más alto en refinamiento de conducción. El DS 7 Crossback es el modelo con el que quieren establecer ese estándar de comportamiento dinámico. Pero ser refinados no significa hacer una 'conducción de salón'; porque el SUV francés también demuestra que si es necesario se lanza al barro con todas las garantías. Y, en este caso lo hace apoyándose en otro francés que combina refinamiento y prestaciones, el neumático de verano con certificación de invierno Michelin CrossClimate SUV. Entre las capacidades del coche y las habilidades de la rueda -o viceversa- el DS 7 Crossback cumple con nota ese objetivo.

Y no porque lo haya tenido fácil; porque la climatología ha sido tan caprichosa que esta prueba con el SUV premium francés ha tenido lugar en pleno Pirineo, en Andorra, justo la semana en la que hemos sufrido la ola de frío siberiano, con nevadas que han provocado cortes de carretera, aludes, etc, en toda España, pero sobre todo en el norte. Es el escenario perfecto para valorar las posibilidades del DS 7 y el CrossClimate. Porque, sin duda, uno de los cometidos para los que está enfocado el modelo francés es su uso como vehículo familiar con un marcado acento en el tiempo de ocio. Y entre ese ocio, las estaciones de esquí son seguro uno de los hábitat naturales para DS; entre otras cosas porque allí es donde va a encontrar a gran parte de sus rivales, los SUV premium tipo Audi Q3, BMW X1 o Mercedes GLA.

¿Será capaz de salir del atolladero este modelo de tracción delantera simplemente gracias a su programa de modos de conducción y al uso de unos neumáticos mixtos? ¿Perderá algo de su refinamiento en carretera por el uso de esas ruedas? ¿Se atreverá a rodar sobre una capa de nieve de unos cuantos centímetros? Son preguntas que nos hacemos cuando nos ponemos al volante en la estación del AVE de Lleida. Nuestra ruta nos va a llevar hasta Andorra, a la estación de Ordino Arcalis, donde llevaremos a cabo las pruebas sobre la nieve.

1.5 BlueHDI, una buena puerta de entrada

Elegimos para la ocasión la variante más modesta de la gama, el nuevo motor 1.5 BlueHDI con 130 caballos, start&stop y cambio manual de seis velocidades. Es el escalón de entrada a la gama y tras nuestra primera toma de contacto en París -donde no estaba disponible- nos pica la curiosidad por saber si es suficiente con este motor para un modelo de este calibre. Este propulsor, que ya hemos podido probar en el nuevo Peugeot 308, ofrece una cilindrada reducida pero una cifra de par respetable, pues los 300 Nm a 1.750 vueltas parecen a priori datos convincentes. Esta versión solo está disponible, por ahora, con cambio manual de 6 marchas -en los próximos meses se ofrecerá también con el cambio automático EAT8 del que disfrutan el resto de sus hermanos de gama-, con lo que se configura una versión de acceso a la gama equilibrada pero sin excesos.

Los 173 kilómetros que separan Lleida de Andorra transcurren por todo tipo de carreteras, convencionales, autovías, carreteras de montaña. El DS 7 nos gana inmediatamente por su confort nada más acomodarnos en su interior. El acabado interior, la denominada Inspiración Rivoli, ofrece un equipamiento y acabado de alto nivel. El motor es muy agradable y nada gastón pese a que el recorrido lo hacemos a buen ritmo. Suave y muy poco sonoro, tampoco muestra un exceso de vibraciones. Es un diésel muy refinado que en autovía permite viajar con una velocidad de crucero de 130-140 con poco gasto y mucho confort. Es un motor ideal para esto y cuadra a la perfección con el carácter del coche, poco dado a los excesos deportivos. En ese terreno, los neumáticos nos sorprenden por su suavidad de uso que casi nos hacen olvidar que llevamos unas ruedas que, si cumplen lo que prometen, nos permitirán enfrentarnos a nieve y hielo sin problemas.

Dejamos la autovía y nos adentramos por carreteras convencionales. El DS 7 llanea y se mueve entre curvas con soltura. Es cómodo y muy preciso, con una dirección que transmite muy bien lo que pasa bajo las ruedas y unas suspensiones enfocadas al confort pero con un punto de dureza muy acertado. El cambio también es preciso, pero con un tacto un poco pastoso sin la finura que demuestra el coche en el resto de apartados. Y el motor ofrece potencia suficiente, pero aquí sin alardes cuando nos toca reducir marchas para un adelantamiento. Es evidente que la silueta y el peso del SUV francés se alejan de las dimensiones del Peugeot 308 en el que probamos este motor: son casi 200 kilos más que el modelo del león y eso le pasa factura.

Neumáticos de sobresaliente comportamiento

Sobre todo en el último tramo antes de llegar a Andorra, cuando la carretera se empina y llegan curvas más cerradas y 'paellas'. Hay que jugar con el cambio para tratar de seguir un ritmo vivo, pero por momentos da la sensación de que esta configuración mecánica queda un poco justa para lo que ofrece el DS 7 en el resto de apartados. Pero también es cierto que para el uso al que le van a someter el 90 por ciento de posibles compradores con 130 caballos basta. En este exigente recorrido los neumáticos siguen manteniendo un comportamiento sobresaliente. En esta parte de la ruta la carretera está flanqueada por un tomo de nieve considerable que nos empieza a anunciar a lo que nos vamos a tener que enfrentar nosotros, el DS 7 Crossback y los Michelin CrossClimate SUV.

Llegamos a la estación de Ordino Arcalis, que nos recibe con un manto blanco tremendo y carteles que nos recuerdan que esta carretera es el terreno de uno de los clásicos finales del Tour de Francia. Allí nos han preparado un circuito en la nieve, una nieva ya muy pisada pero con más de 20 centímetros de espesor bajo la que hay una gruesa capa de hielo. Seleccionamos el modo nieve -el más exigente de los cinco modos de conducción- metemos primera, aceleramos suave y los neumáticos hacen el resto. Con cualquier otra rueda, el patinamiento sería inmediato; pero sorprendentemente, el CrossClimate se agarra al suelo y empieza a traccionar sin problemas; no es un neumático puro de invierno; pero nos saca de los atolladeros que nos encontramos durante el recorrido por el circuito que nos han preparado. Un rendimiento sorprendente, sobre todo si recordamos que unos minutos antes se comportaba como un neumático de verano absolutamente normal.

Toca bajar por esas curvas y paellas por las que hemos subido y el agarre de los neumáticos es sobresaliente y nos da mucha seguridad; sobre todo teniendo en cuenta que a más de 2.000 metros de altura, donde nos encontramos, ha empezado a anochecer, llueve y la temperatura roza los 0 grados. Eso hace que el asfalto empiece a crear una fina película de hielo que nos preocuparía si rodáramos con otro tipo de neumáticos.

El DS 7 ha pasado con nota la asignatura de la nieve; y demostrando que en muchas ocasiones unos neumáticos adecuados son más importantes que la tracción total o suplen perfectamente su ausencia. Y en este caso se demuestra. El refinamiento de DS y la innovación de Michelin forman en este 7 Crossback una gran pareja.