Actualmente, la DGT prohíbe explícitamente el uso de ciertos dispositivos relacionados con los radares. Según el artículo 13.6 de la Ley de Tráfico, está terminantemente prohibido llevar instalado un inhibidor de frecuencia en el vehículo, un dispositivo que anula el funcionamiento de los radares. La infracción de esta norma es severamente castigada con una multa de 6.000 euros al titular del vehículo y la detracción de seis puntos del carnet de conducir del conductor.
Preguntaba yo a mi padre, henchido de curiosidad y en la claridad del día, porque el coche que venia en dirección contaría a nosotros, encendía la luces en ráfagas cortas, y la respuesta me dejaba con mas incertidumbre aun; » eso es que esta la Guardia Civil en el cruce de ahí delante». ¿Habíamos hecho algo malo? ¿buscaban a alguien? ¿nos pararían?. Lógicamente la batería de preguntas se sucedían y todo acababa en un; ¡ahora cállate!
Esta era la consigna entre los conductores para avisar de la presencia de la DGT, mucho antes de que los teléfonos móviles , el internet y las apps tecnológicas, que dan base a las redes sociales llegaran a nuestras vidas. En cualquiera de los casos, saber que el control esta cerca podía servir, a los mas disciplinados como recordatorio para el cumplimiento de las normas, y a los mas incivilizados, para evitar el paso por el advertido punto de control, esquivando así las posibles consecuencias.
2La incertidumbre de la DGT
Este fenómeno, cada vez más común gracias a las avanzadas tecnologías de navegación y la colaboración entre usuarios, plantea importantes desafíos y preguntas en cuanto a su impacto en la seguridad en las carreteras. No obstante, la preocupación principal de la DGT radica en que esta práctica puede inducir a comportamientos irresponsables, donde los conductores solo respetan los límites de velocidad y las normas de tráfico en los lugares donde saben que hay controles, reduciendo así la efectividad de estas medidas preventivas.
Por otro lado, los detectores de radar, que son dispositivos capaces de captar la presencia de radares, también están prohibidos. Si un conductor es sorprendido utilizando un detector de radar, se enfrenta a una multa de 500 euros y la pérdida de tres puntos de su carnet de conducir. Estas sanciones reflejan la gravedad con la que se considera la utilización de tecnología que puede socavar los esfuerzos de las autoridades para controlar la velocidad y garantizar la seguridad en las carreteras.