La revolución de la inteligencia artificial no solo se ha materializado en el control y conservación de las carreteras, sino que también ha llegado a la Dirección General de Tráfico (DGT). La DGT, enamorada de las posibilidades que ofrece la inteligencia artificial, ha incorporado sistemas avanzados para mejorar la seguridad vial y la gestión del tráfico en las vías públicas.