No sabes los costes reales de mantener un coche hasta que tienes uno. Lo más costoso es la inversión que tienes que hacer para comprarlo, tanto si lo pagas al contado como si lo financias en varios años. Pero después hay ciertos gastos fijos que tienes que asumir, y que en la mayoría de casos no tenemos en cuenta hasta que no los tenemos delante.
Seguro, impuestos, combustible, mantenimiento y otros gastos menos evidentes que pueden hacer que el desembolso supere fácilmente varios miles de euros al año. Sin embargo, también depende mucho del tipo de coche, su antigüedad y, sobre todo, el uso que le des.
Los gastos fijos que tienes que asumir si tienes coche

Si tienes coche, hay ciertos gastos que son inevitables, sin importar si lo coges todos los días o solo los fines de semana y en vacaciones. El primero es el seguro obligatorio, imprescindible para circular y cuya prima depende del tipo de póliza (todo riesgo con o sin franquicia, a terceros) y del perfil del conductor. Lo ideal es comparar precios con antelación y ajustar las coberturas a tus necesidades reales.
Pasar la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) es otro trámite obligatorio. En el caso de los coches, la primera revisión es a los cuatro años; a partir de entonces, cada dos años hasta que el vehículo cumple 10 años y luego anualmente. El coste varía según la comunidad autónoma y el tipo de motor, aunque puedes conseguir algún descuento si pides cita online.
El impuesto de circulación (IVTM) se paga una vez al año y también varía según la potencia fiscal del coche y el municipio. Y a todo esto hay que sumarle el mantenimiento: cambio de aceite y filtros, pastillas de freno, neumáticos, batería o correas.
Algunos aspectos de este gasto varían según el uso y el kilometraje, a lo que hay que añadir las averías que puedan surgir, sobre todo en los coches más viejos. Deberías tener siempre un pequeño fondo anual para imprevistos.
Y por último, si financiaste la compra del coche, los intereses del préstamo también forman parte del coste real de la propiedad y los tienes que incluir en la suma total.
¿Y los variables?

Por otro lado, hay otros gastos variables que dependen mucho más del uso y que son algo más difíciles de prever. El principal es el combustible. Hay varios estudios en España que señalan que un conductor medio puede gastar al año entre 1.200 y 1.600 euros en carburante, aunque depende de cuánto coja el coche, de la conducción y de los precios del mercado. Pero siempre puedes tirar de algunos trucos para ahorrar gasolina, como practicar una conducción eficiente o pasar por una estación de servicio low cost.
Los peajes y aparcamientos son otro gasto que rara vez incluimos en el presupuesto inicial, pero puede suponer varios cientos de euros más para quien viva en una ciudad grande o viaje mucho por autopistas. A esto súmale un pequeño gasto en tareas de limpieza, cuidado o accesorios que quieras comprarle a tu coche. No es imprescindible, pero seguro que te gusta tenerlo impecable.
Y si somos realistas, también tenemos que meter en el ‘saco’ las multas. Si respetas las normas y cumples con los límites de velocidad, no vas a tener que preocuparte, pero tienes que saber que es una realidad de tener coche y que un despiste lo puede tener cualquiera.
Por último, ten en cuenta la depreciación. Aunque no sea un gasto que debas pagar mes a mes, la realidad es que el coche pierde valor cada año y vas a pagar las consecuencias si en algún momento decides venderlo en el mercado de segunda mano.