comscore

'Conducimos' el primer eléctrico de Mazda, el MX-30

Mazda entra por la puerta grande en el mundo eléctrico con este sorprendente Mazda MX-30, un atractivo SUV compacto (mide 4,40 metros de largo) que presentó en el pasado Salón de Tokio. Aunque comenzaron a desarrollarlo hace tres años, el proyecto no está cerrado por completo, y los de Hiroshima nos invitaron junto a otros periodistas a probar una 'mula' que contaba con toda la tecnología que empleará futuro MX-30. Por si aún quedan mejoras a realizar antes de ponerlo a la venta.

Esa 'mula' aparece disfrazada de Mazda CX-30, y nos avisan que ese prototipo carece de airbag, ayudas a la conducción… Es una unidad experimental, pero homologada para rodar por carreteras abiertas al tráfico.

En su interior todo recuerda a un CX-30 que curiosamente carece de cuentavueltas o de indicador de combustible, y al que dotan de un selector del cambio particular. Y es que será el que lleve el futuro MX-30 de producción. Además este selector está en una posición elevada, muy al alcance de la mano.

1 eF0iJ8cHov7Bq Motor16

En estas pruebas tan particulares hay que ser verdaderamente observadores, pues la información que suelen revelar las marcas por norma general, es mínima. Por ello antes de ponernos en marcha vemos que el climatizador está conectado a 20º y en modo 'Auto', que en el exterior hace 14º, que el vehículo tiene 9.612 kilómetros y que la capacidad de su batería está al 94%.

Muy fácil adaptarse a su conducción

Como buen eléctrico. El silencio es absoluto a baja velocidad, pero en cuanto pisamos el acelerador para ganar ritmo, un sonido artificial se nota en su habitáculo. Nada molesto ni extraño, en absoluto. Ese sonido acorde a la velocidad y a la posición del acelerador está realmente conseguido, y en Mazda barajan la posibilidad de desactivarlo si el conductor lo desea en las unidades de producción.

Sorprende la suavidad que transmite y la ausencia de ruido para tratarse de un prototipo con unos ajustes que no serán definitivos, y que también presenta una capacidad de aceleración sobrada. Y es que nos estamos habituando a vehículos eléctricos con potencias desmesuradas. 105 kW, unos 143 CV, dan mucho de sí.

Pero lo que más llamó mi atención fue lo fácil que será al gran público habituado a conducir un vehículo con cambio automático, adaptarse al futuro MX-30, porque su dirección no es nada artificial y nos transmite todo lo que pasa bajo sus neumáticos, el acelerador es muy progresivo y el tacto del freno no es el de un interruptor como en algunos eléctricos. Todo ello ayuda a que te adaptes a las mil maravillas y se haga realmente agradable de conducir.

Mazda asegura que estudian incorporar unas levas (este prototipo no las tenía) con las que poder retener más o menos y así regenerar más energía en las frenadas. Pero si no las tiene los definitivos tampoco importa, porque el primer tramo del pedal del freno se hace con su motor eléctrico. Tiene un sensacional recorrido que permite dosificar sin problemas.

Solo 200 kilómetros de autonomía

El futuro Mazda MX-30 empleará el mismo chasis del CX-30, pero al que se añade un subchasis en el que se ubican sus baterías de iones de litio. Al ir en una posición baja, su centro de gravedad está próximo al asfalto y eso repercute en una dinámica soberbia, donde se disimula su 1,57 metros de altura a las mil mavarillas. Vira muy plano y se ayuda del sistema E-GVC Plus que controla en tiempo real la potencia que se envía a cada una de las ruedas delanteras.

Todo ello hará que el futuro MX-30 sorprenda para bien a sus conductores. Y eso nos lo transmitió esta 'mula' en tan solo 26 kilómetros que recorrimos por serpenteantes carreteras de Portugal, con constantes aceleraciones, cambios de inclinación… Pero al finalizar la prueba su batería se había reducido un 21%. Y si somos francos con estas cifras, eso se traducirá en una autonomía real de unos 124 kilómetros.

Son muchos kilómetros menos de los 200 que promete Mazda, que no son muchos la verdad para lo que se ofrece hoy en día. Es cierto que sus baterías de 35,5 kWh de capacidad tienen mucho sentido a la hora de analizar su ciclo de emisiones a lo largo de su vida útil (este elemento tendrá 8 años de garantía o 160.000 km, en los que aseguran que no bajará nunca de un 70% de su carga), pero igual a muchos clientes no les cuadra. Y Mazda no baraja unas baterías más grandes, pero si que van a lanzar más adelante una interesante versión de autonomía extendida que recurrirá a un motor Wankel con un único rotor. Irá posicionado junto a su motor eléctrico sobre el eje delantero ocupando muy poco espacio y entrando en acción cuando sus baterías llegan al límite. De forma que llegar a nuestro destino está asegurado. Por el momento se desconoce la capacidad de su depósito de carburante o de si limitará las prestaciones del vehículo cuando funcione en modo 'híbrido'.

2 eF0iJ8cHov7Bq Motor16

Si nos centramos en el Mazda MX-30 definitivo decir que nos han sorprendido sus puertas enfrentadas al más puro estilo RX-8, las cuales han obligado a emplear refuerzos adicionales en la carrocería al prescindir del pilar B. Las puertas delanteras se abren 82º y las traseras 80º, facilitando el acceso a un interior que nos ha dado la sensación de que presenta unas plazas posteriores algo justas y 'encajonadas' entre unas partes fijas tras sus puertas posteriores. También su maletero aseguran que será como el de un CX-30 pero sin doble fondo (no nos dejaron abrirlo), por lo que es muy probable que no llegue a sus 430 litros de capacidad.

Ecofriendly

Los materiales naturales como el corcho están presentes. Han sido tratados para aguantar el paso del tiempo y todos los empleados en su habitáculo provienen del país que tiene la mayor producción mundial de corcho: Portugal. Pero en el MX-30 también hay tejidos sostenibles con el medio ambiente, plásticos reciclados, no emplean disolventes…

Y aún así, el MX-30 también es muy tecnológico, gracias a sus pantallas (una táctil de 7 pulgadas controla el climatizador), entre otras muchas cosas.

Y aunque no hay precio definitivo, en Alemania se habla de 33.990 euros para empezar a hablar.