Conducir un vehículo no solo implica habilidades al volante; también responsabilidad y conciencia de la normativa. Muchos desconocen que, aunque tengan un seguro en vigor, no están exentos de afrontar consecuencias económicas si incumplen ciertas condiciones legales.
Algunos comportamientos pueden convertirse en un auténtico drama financiero. En este artículo, exploramos cómo el derecho de repetición de las aseguradoras puede cambiar por completo la vida de los responsables de un siniestro.
4¿Qué pasa si no hay seguro?

Circular sin el seguro obligatorio es otra fuente de problemas graves. En estos casos, el Consorcio de Compensación de Seguros (CCS) se hace cargo de las indemnizaciones iniciales, pero posteriormente reclama los costos al conductor y al propietario. Según el CCS, cada año se producen más de 7.600 siniestros con vehículos sin seguro, lo que genera procedimientos judiciales para recuperar las cantidades pagadas.
Además, el CCS no perdona. La tasa de recuperación de estas sumas ronda el 34%, lo que significa que muchos de estos casos terminan en embargos de bienes o demandas judiciales. Incluso si el vehículo ha sido robado o el seguro estaba contratado con una compañía en liquidación, la ley permite al CCS exigir la devolución del dinero. De ahí la importancia de no solo tener un seguro, sino de confirmar que esté en regla.