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Conducimos el Infiniti Q50 híbrido. Eficiencia deportiva

La berlina media de Infiniti, el Q50, sigue sumando argumentos para luchar con los modelos premium; y lo hace manteniendo sus señas de identidad, que tienen que ver con un diseño distintivo y diferente, con un carácter deportivo en todos sus modelos y también en las más avanzadas tecnologías, tanto de ayuda a la conducción, como en las relativas a la eficiencia o en el apartado de motores.

Y el nuevo Q50 incorpora todo lo último que la firma japonesa ha sido capaz de crear; desarrollos de los que, por ejemplo, se beneficia la escudería Renault de Fórmula 1 de la que Infiniti -encuadrada en la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi- es socio tecnológico. Entre esos desarrollos está una de las estrellas del nuevo Q50, su motor híbrido de gasolina con el sistema Direct Response Hybrid. Un propulsor que convierte al Q50 en una berlina deportiva en sus prestaciones y dinámica sin perder nada del encanto interior, del lujo en acabados, ajustes y materiales; ni tampoco de las virtudes en cuanto a habitabilidad de las berlinas rivales.

Retoques en el diseño exterior

Para empezar y para mantenerse fiel a su estilo, el Q50 Hybrid retoca ligeramente su imagen con elementos como la nueva parrilla de doble arco de la marca, las renovadas luces LED delante y detrás, los nuevos paragolpes o unas entradas más anchas y en posición más baja. En la trasera nuevas salidas de escape o un nuevo difusor remarcan el carácter deportivo de esta berlina.

En el interior, más elegancia que deportividad y muchos elementos que hablan de la exquisitez del trabajo de los artesanos de Infiniti; además de destacar por un diseño basado en el estilo del coupé Q60 con el diseño de 'onda doble'. En el centro se encuentra, perfectamente integrado el sistema inTouch encargado de las funciones de infoentretenimiento gracias a dos pantallas, de 8 pulgadas la superior y de 7 la inferior.

Pero lo realmente distintivo de este Q50 está en el apartado mecánico, con un sistema de propulsión que responde perfectamente a esa doble exigencia de las prestaciones y la eficiencia. Como Direct Response Hybrid combina un motor V6 de 3.5 litros de cilindrada y 24 válvulas realizado en aleación de aluminio y una batería compacta laminada de iones de litio y control de doble embrague inteligente, que combina un motor y dos embragues.

Un par máximo de 546 Nm

El motor de combustión ya tiene de por sí unas cifras muy destacables, con sus 306 caballos de potencia máxima o los 350 Nm de par máximo a 5.000 revoluciones. Ya con esto estamos ante una berlina de corte prestacional. Pero si le añadimos la parte del motor eléctrico, que ofrece 68 CV y un par de 270 Nm la cosa se dispara. Porque la potencia combinada llega a los 364 CV y el par máximo se sitúa en en unos sorprendentes 546 Nm.

Combinado con un cambio automático de 7 velocidades (con levas en el volante), permite que las cifras de rendimiento sean sobresalientes (250 km/h de velocidad máxima o 5,1 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h en la versión de propulsión trasera o 5,4 en la de tracción total). Prestaciones garantizadas y consumos sorprendente, pues los 6,2 l/100 de gasto homologado -que corresponden a unas emisiones de CO2 de 114 g/km- son una cifra muy destacable.

Hemos podido conducirlo en un recorrido que incluye autovía y carreteras convencionales con curvas en los alrededores de Madrid. Y el resultado es francamente satisfactorio; muy lejos de la conducción de laboratorio que parece norma en otros híbridos. Para empezar, el Q50 ofrece un tacto de coche deportivo, con unas suspensiones cómodas pero firmes, con una dirección adaptativa que ofrece más flexibilidad a las exigencias del conductor: más maniobrabilidad a bajas velocidades y más tacto y firmeza a alta velocidad. Y también una respuesta más rápida que en un sistema de dirección mecánico. Los frenos no recuerdan en nada a los de otros hibridos, que muchas veces muestran un tacto artificial, y tienen recorrido preciso en su uso y la mordiente justa.

Además, todos estos elementos pueden configurarse gracias a los diferentes modos de conducción -de Sport a Eco- que pueden seleccionarse en una tecla junto a la palanca de cambios. Así se adecúa la respuesta del motor, el régimen de cambio de marcha, la dureza de la dirección, etc, a nuestros gustos. Con lo que, si queremos, podemos circular como si fuéramos en un híbrido o en un modelo convencional, si por convencional entendemos esos 364 caballos esperando a que les demos rienda suelta.

Con etiqueta ECO

Aceleraciones fulgurantes y rápidas recuperaciones brillan en esta berlina elegante y cómoda que suma otro argumento, como es la etiqueta ECO de la DGT que le permite circular en el interior de grandes ciudades como Madrid cualquier día, incluidos los días de cierre del centro de las ciudades por episodios de alta contaminación. Es la guinda de un coche que guarda otra en su precio, porque por 37.000 euros (una vez descontados los 7.950 euros de la campaña de descuento y los 3.773 euros por financiarlo) nos permitirán tener un coche único, pues no hay en el mercado un híbrido de esta potencia y este nivel de eficiencia -su rival en Lexus, el IS 300h ofrece 218 caballos por un precio en su versión ECO de 35.900 euros-.

El Q50 es la apuesta más ecológica que ofrece la gama Infiniti, pero no va a ser la única, porque el futuro en Infiniti será electrificado, a partir de 2021, con diferentes alternativas; por ejemplo, con los modelos E-Power, en los que el motor de combustión está dedicado a generar electricidad y es el motor eléctrico el que mueve las rueda, que llevarán los sucesores del Q50 y Q70. Y la otra alternativa será un propulsor totalmente eléctrico de altas prestaciones -se anuncia una aceleración de 0 a 100 km/h en el entorno de los 4,5 segundos- para un crossover, que podría ser el nuevo QX50 que llega al mercado el próximo año con el motor de compresión variable como gran novedad.