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Conducimos el BMW Z4. Todavía más deportivo

Y no han sido ni una ni dos las actuaciones dirigidas a lograr esta personalidad deportiva todavía más acentuada, la lista es larga. Para empezar el nuevo Z4 modifica todas sus medidas ya que crece en longitud, anchura y altura. También se ha aumentado el ancho de vías. Y si tenemos que hablar de lo único que se reduce, la distancia entre ejes se acorta 26 milímetros hasta los 2.470 mm.

A todo ello habría que sumarle una carrocería de estructura más rígida; una posición más centrada de los asientos manteniendo el reparto de pesos ideal 50:50; un centro de gravedad más bajo y una reducción de peso de 50 kg. Y que conste que aligerar 50 kilogramos no es nada fácil en un coche de este tamaño… a no ser que sustituyas el techo duro escamoteable por uno de lona. Y eso lo que ha hecho el Z4, que recupera este material para lograr parte de todas estas ventajas de las que hemos hablado, como reducir peso o bajar el centro de gravedad. Además, el techo de lona aporta más ventajas. Por ejemplo que se puede accionar en marcha hasta 50 km/h en tan solo 10 segundos. Y también que el maletero ofrece 281 litros esté como esté la capota, puesta o recogida. Eso le acerca a sus rivales ya que por ejemplo cúbica el mismo volumen que por ejemplo el nuevo Audi TT Cabrio.

La capota de lona del nuevo Z4 es de una gran calidad y lo cierto es que ofrece un aislamiento notable, tanto a nivel acústico como respecto a las inclemencias del tiempo. Por ello el roadster alemán no es ruidoso aunque el modelo probado, un sDrive20i de 197 caballos, sube de vueltas acompañado de una sonoridad algo áspera que no nos ha terminado de convencer.

Estabilidad y comportamiento sobresalientes

Pero lo que sí nos ha convencido ha sido su estabilidad y comportamiento. Es verdad que la unidad de pruebas iba calzada con mucha rueda, pero de ahí a pensar, junto con otros compañeros que experimentaron la misma sensación, que el coche llevaba dirección a las cuatro ruedas o algún sistema de silemblocks que ayudaba a que las ruedas traseras adoptaran cierto ángulo favorable, de lo bien que entraba en las curvas más cerradas, demuestra que el recién llegado ha mejorado en este aspecto de manera que permite trazar las curvas más rápido, perdona errores de bulto sin inmutarse, y aporta un tacto envidiable que no hace más que acrecentar su deportividad. Profundizando un poco en las novedades tecnológicas del coche a nivel suspensiones, hay que destacar que el nuevo Z4 estrena un eje delantero de doble brazo y un eje trasero de cinco brazos totalmente actualizado y todo ello se complementa con una dirección deportiva variable de serie, con un tacto envidiable.

El motor de 4 cilindros, dos litros de cilindrada y 197 caballos, asociado siempre a un cambio automático Steptronic Sport de última generación con 8 marchas y levas en el volante, empuja con genio a partir de 2.500 rpm y sobrepasa la zona roja sin titubear hasta las 6.500 rpm. Y no es un motor excesivamente gastón ya que medimos en conducción deportiva una media de 11 l/100 km, cifra que baja hasta los 7,2 l/00 km circulando a una velocidad mantenida de 120 km/h aunque con bastante viento frontal.

La estética del nuevo Z4 ha asumido un protagonismo marcado por los ángulos, las aristas y los guiños a modelos superiores, como una trasera que recuerda al Z8 o una parrilla delantera con acabado tipo «malla» escoltada a ambos lados de unos faros con doble lágrima en escalera.

A la última en tecnología

También hay que valorar el esfuerzo en enriquecer el equipamiento aprovechando que el coche es más caro que casi todos sus rivales. Por eso el nuevo Z4 desde su versión básica tapicería de cuero, faros LED, climatizador bizona o garantía de reparación extendida al tercer año o 200.000 km, además del paquete Connectivity, que incluye sin gasto adicional como oferta de lanzamiento, elementos como el dispositivo de alarma, el BMW Live Cockpit Professional, el Connected Package Professional, la Carga inalámbrica para teléfonos y un punto de acceso wifi.

El Z4 sDrive20i de 197 caballos tiene un precio en España de 48.900 euros (45.990 el Audi TT Roadster equivalente); el Z4 sDrive30i de 258 CV vale 56.300 euros; y el BMW Z4 M40i de 340 CV alcanza los 70.750 euros. En este último modelo se incluye de serie la suspensión M adaptativa, los frenos deportivos M y el diferencial deportivo M controlado electrónicamente, junto a los neumáticos de alto rendimiento.