La forma en que se conduce en España ha cambiado, y no para bien, al menos según quienes pasan más horas al volante: los conductores profesionales. Repartidores, transportistas, conductores de autobús o taxi coinciden en una cosa: en los últimos cinco años, circular por las carreteras españolas es cada vez más estresante, peligroso y exigente. Y no lo dicen a la ligera. El 89% de estos profesionales asegura que hoy hay más posibilidades de sufrir un accidente que hace un lustro, y más de la mitad cree que ese aumento ha sido “significativo”.
Detrás de esta percepción se esconde un cóctel de factores: estrés laboral, imprudencias de otros conductores, excesos de velocidad y la omnipresente distracción del teléfono móvil. Todo ello está dibujando un panorama preocupante que no solo afecta a los profesionales del volante, sino a la seguridad vial de todos los que compartimos la carretera.
3Europa también sufre… pero en España la presión es mayor

El problema no es exclusivo de España. En el conjunto de Europa, el 91% de los conductores profesionales coincide en que el estrés afecta negativamente a su seguridad. Pero si miramos de cerca, hay particularidades. En países como Irlanda (64%), Países Bajos (62%) o Alemania (59%), los profesionales reconocen tener que incumplir los límites de velocidad de forma regular para poder acabar su jornada.
En España, el problema añadido es la congestión y las obras. El 78% de los conductores señala que estos factores dificultan gravemente el cumplimiento de sus rutas, muy por encima de la media europea (64%). Esa presión acumulada, día tras día, no solo compromete la seguridad, también hace mella en la salud mental del sector.