Hace unos años, los ladrones de coches necesitaban herramientas sofisticadas para acceder a un vehículo. Hoy en día, basta con algo tan común como una lata de refresco. Coca-Cola, Pepsi, Red Bull… cualquier bebida bien fría sirve como ‘arma’ insólitamente eficaz para robar coches en tiempo récord.
Puede parecer una broma o un mito urbano, pero no lo es. En las redes sociales, ya se han viralizado vídeos que muestran cómo los ladrones pueden romper fácilmente los cristales de las ventanillas usando refrescos bien helados. Lo sorprendente es la simplicidad del truco y rapidez de ejecución: en menos de un minuto, el coche queda vulnerable.
6Cuando lo viral se vuelve peligroso

Lo más preocupante de este fenómeno es su rápida difusión en redes sociales. Aunque algunos vídeos tienen como intención alertar o concienciar, mostrar el truco puede inspirar a personas con malas intenciones. Esta facilidad de acceso de los ladrones a ‘tutoriales’ delictivos es un problema que sigue generando debate entre plataformas, autoridades y usuarios.
Quizá este tipo de contenido debería ir acompañado de advertencias, o las redes deberían tomar medidas para evitar su propagación sin filtros. Informar es importante, pero también lo es evitar que se convierta en tendencia entre grupos criminales. Hasta que llegue ese día, no le queda otra a los conductores que tomar por su cuenta las medidas preventivas.