comscore

Esta es otra ciudad española que ha decidido eliminar los patinetes eléctricos compartidos de sus calles

En los últimos años, los patinetes eléctricos han experimentado un crecimiento meteórico en popularidad, convirtiéndose en los vehículos de movilidad personal (VMP) por excelencia en las ciudades. Su auge ha sido tan notorio que se ha requerido una regulación específica para abordar los desafíos y oportunidades que plantean en entornos urbanos. Los patinetes eléctricos, con la capacidad de cargar en casa y autonomía adecuada para los recorridos diarios, han eliminado preocupaciones relacionadas con el estacionamiento y los seguros, lo que ha contribuido a su aceptación en las ciudades de toda España y más allá.

La opción de convertir los patinetes eléctricos en una forma de movilidad compartida, similar a las bicicletas y los scooters eléctricos, no pasó desapercibida para las empresas. Gigantes como Reby, Bolt y Lime se lanzaron al mercado del alquiler por minutos de patinetes eléctricos, brindando a las ciudades una alternativa más para la movilidad sostenible. Entre las ciudades españolas con mayor presencia de estos servicios, Madrid y Barcelona destacan como líderes. Sin embargo, recientemente, Barcelona ha tomado una decisión drástica: eliminará los patinetes eléctricos compartidos de sus calles.

1
La decisión de Barcelona: Cerrando la puerta a los patinetes compartidos

patinete eléctrico

Después de años de deliberación sobre la regulación de los patinetes eléctricos compartidos, el gobierno de Barcelona ha decidido poner fin a esta opción. Esto significa que, a partir de ahora, los patinetes eléctricos privados seguirán siendo una alternativa válida, pero no habrá más servicios de VMP compartidos en la ciudad. Además de esta restricción, se han implementado otras medidas que dificultan el uso de los patinetes en general, como la prohibición de transportarlos en el transporte público, con una sanción de 200 euros por infringir esta norma, aunque el Real Automóvil Club de Cataluña (RACC) espera que esta medida sea reconsiderada el próximo mes de noviembre.

La razón detrás de esta drástica medida se fundamenta en dos argumentos principales. En primer lugar, Barcelona ha expresado su preocupación acerca de la tensión que los patinetes eléctricos compartidos generan en el espacio público. Estos vehículos se estacionan de manera desordenada en las calles, ocupando aceras y plazas, lo que perturba la ordenación del espacio público en la ciudad, como afirmó Laia Bonet, concejal de Movilidad, en una entrevista con El Periódico.

El segundo argumento es la inquietud por la seguridad vial. La posibilidad de que cualquier persona, incluso sin experiencia en la conducción de VMP, pueda alquilar un patinete eléctrico y circular por las calles plantea un riesgo potencial tanto para los usuarios mismos como para los peatones y conductores. Aunque esta preocupación tiene validez, la regulación y la tecnología incorporada en los patinetes eléctricos compartidos podrían mitigar las infracciones y mejorar la seguridad.

Espalda