La Dirección General de Tráfico (DGT) ha introducido un cambio importante para quien esté pensando en sacarse el carnet de moto. Aplica al carnet A, que es el que permite conducir motocicletas sin limitación de potencia.
La reforma entró en vigor el pasado 1 de julio y forma parte del plan de seguridad vial 2024-2025. Además, la decisión está avalada por los datos del Ministerio del Interior, que señalan que buena parte de los accidentes mortales en moto ocurren en conductores que tienen el permiso A en su poder.
Por eso, la DGT ha hecho un cambio en la estructura del curso obligatorio y en el equipamiento de seguridad necesario para obtener el carnet. Las novedades son menos horas en circuito cerrado, más kilómetros en carretera abierta y protección extra en cada práctica. Es la manera que Tráfico ha encontrado de acercar la formación a las condiciones reales que todo motorista se va a encontrar en la vida real.
La gran novedad de la DGT: más práctica en carretera y menos en circuito

Hasta ahora, la formación para conseguir el carnet A estaba centrada en el circuito y en un curso teórico presencial. Ahora bien, la reforma de la DGT ha modificado el reparto de horas:
- 3 horas teóricas, que podrán completarse también en modalidad online.
- 2 horas en circuito cerrado, enfocadas en maniobras básicas de control.
- 4 horas en vías abiertas, con la obligación de realizar al menos 2 en carreteras convencionales, donde se concentra la mayor siniestralidad.
Este último punto es el gran cambio. La DGT quiere que los aspirantes se familiaricen cuanto antes con la realidad de la circulación, con tráfico real, imprevistos y toma de decisiones en entornos en los que están presentes los riesgos.
A partir de ahora, los instructores van a acompañar en moto y no en coche con el fin de que la comunicación sea mucho más fluida y que mejore la capacidad de reacción ante cualquier imprevisto. Además, los grupos estarán limitados a un máximo de tres alumnos por profesor para que la atención sea mucho más personalizada.
El objetivo de la DGT es pasar de un aprendizaje controlado a uno mucho más realista. El circuito es útil para sentar las bases de la conducción de una moto, pero en realidad la carretera abierta es el lugar para trabajar los reflejos, la técnica y la seguridad del futuro motorista.
Otras novedades para mejorar la seguridad

La segunda gran novedad es que la DGT va a reforzar el equipamiento de seguridad. Desde julio, es obligatorio que los alumnos e instructores utilicen un chaleco airbag durante las prácticas. Ya lo utilizan muchos motoristas por voluntad propia, y la realidad es que ayuda a reducir la gravedad de las lesiones torácicas, una de las zonas más expuestas en caso de caída.
También el fin es aprovechar la tecnología disponible. Los cursos incluyen ahora un bloque concreto sobre los sistemas avanzados de ayuda a la conducción para motos (ARAS). Estos dispositivos —como el ABS en curva, control de tracción o avisos de colisión— ya son habituales en muchas motos modernas. La DGT quiere que los nuevos motoristas sepan cómo funcionan y, sobre todo, que aprendan a utilizarlos para evitar un accidente.
El nuevo modelo de la DGT, por tanto, combina tres ejes: más práctico en carretera, equipamiento de protección de serie y conocimientos sobre los beneficios de la tecnología aplicada a la seguridad. Y el fin último, por supuesto, es reducir los accidentes graves y mortales entre los conductores que conducen motocicletas de alta cilindrada. A partir de ahora, los que se pongan en carretera con una moto de más de 100 CV, lo harán con la mayor seguridad posible.