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lunes, 19 mayo 2025

Briggs & Stratton Hybrid: un híbrido con 6 ruedas y motor de cortacésped, ¡qué podría salir mal!

Los coches híbridos existen desde la creación de los coches, aunque su amplio desarrollo y popularización llegó recién con el Toyota Prius. Antes de este modelo que trajo este estilo de vehículos a la masividad, en el camino quedaron propuestas como el Briggs & Stratton Hybrid, un modelo fuera de lo convencional. Porque es innegable que la idea del enchufable tiene todo el interés, pero siempre que se haga con cierta lógica.

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La compañía estadounidense, fundada en 1908 en Wauwatosa (Wisconsin), se dedicaba básicamente a fabricar pequeños motores para cortacéspedes. En 2020, se vio obligada a declarar la bancarrota, aunque finalmente fue adquirida por KPS Capital Partners. Antes de esto, trabajaron en un pequeño automóvil basado en Smith Flyer que tiene el Récord Guinness de ser el coche más barato jamás vendido. En su momento, se comercializaba por entre 125 y 150 dólares. Con esta experiencia, Briggs & Stratton decidió aventurarse en la creación de un coche híbrido, aunque con resultados que dejaban mucho que desear.

¿Cómo era el híbrido que creó Briggs & Stratton?

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El modelo en cuestión, el Briggs & Stratton Hybrid, presentaba algunas buenas ideas, pero no terminó de concretarlas como hubiera sido deseable. En el apartado mecánico, se encontraba un motor de gasolina y uno eléctrico. El de combustión, presentado en 1979, era un motor de 2 cilindros y 694 cm3 que rendía apenas 18 CV. Este motor funcionaba bien en una cortacésped, pero era claramente insuficiente para un coche en la década de los 80.

Por otro lado, se añadió un propulsor eléctrico Baldor que rendía 6 kW (8 CV), con picos de 20 CV. Este motor era el encargado de iniciar el movimiento del coche antes de que el motor de combustión tomara el relevo. El conductor podía elegir entre uno, otro o ambos motores para desplazarse. La batería se situaba en la parte trasera, lo que hizo necesarios los dos ejes para soportar sus 450 kilos de peso, y el coche contaba con tracción trasera y una caja de cambios manual de 4 velocidades.

Un diseño singular y un híbrido que fracasó

Un diseño singular y un híbrido que fracasó.

El diseño exterior del Briggs & Stratton Hybrid no dejaba indiferente a nadie, con seis ruedas parcialmente disimuladas por molduras negras en la carrocería. El diseñador, Brooks Stevens, hijo del creador del Excalibur, reutilizó numerosos elementos del Volkswagen Scirocco para ahorrar costes, entre ellos las puertas, el salpicadero y la luna delantera.

Puesto en la carretera, el coche resultó ser un desastre. Tardaba 22 segundos en alcanzar los 65 km/h y su velocidad máxima anunciada era de 100 km/h, aunque la real probablemente no superaba los 90 km/h. También se anunció una autonomía de 80 kilómetros en modo eléctrico, algo difícil de creer considerando la capacidad de las baterías de apenas 250 Ah (1.5 kWh). Terminó convertido en un ejemplar único, casi en un laboratorio de ideas que merecieron mejor suerte. Ahora está en el Museo Powerhouse en Milwaukee (EE. UU.).

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