Miguel tiene 32 años, es bombero y, desde hace algunos años, dedica parte de su tiempo libre a concienciar sobre los riesgos ocultos que pasan desapercibidos para la mayoría de los ciudadanos. Entre ellos, uno de los más actuales: el peligro de transportar patinetes eléctricos en espacios cerrados como autobuses, trenes de cercanías o vagones de metro. A raíz de varios incidentes graves registrados en distintas ciudades españolas, decidió compartir un vídeo que muestra cómo una batería defectuosa de patinete puede desatar un incendio en cuestión de segundos.
Para él, no se trata de sembrar alarma, sino de mostrar la realidad sin filtros. Los patinetes eléctricos han revolucionado la movilidad urbana en los últimos años, pero con ellos también han llegado problemas relacionados con la seguridad. Miguel insiste en que entender los riesgos es clave para prevenir accidentes y, sobre todo, para comprender por qué se han implementado prohibiciones en varios puntos de la geografía española.
3La experiencia de los bomberos: lo que no se ve tras el humo

Miguel recuerda intervenciones en pisos, garajes y trasteros donde el origen del incendio fue un patinete cargando. Lo describe como un fuego “traicionero”: comienza de forma silenciosa, con humo blanco, y en cuestión de segundos se convierte en una llamarada difícil de contener.
En estos casos, además del riesgo inmediato de propagación a muebles o vehículos cercanos, el humo obliga a desalojar rápidamente a los residentes. Y lo más preocupante: las técnicas habituales de extinción no siempre funcionan. Para enfriar por completo la batería, a menudo hay que sumergirla en contenedores de agua durante horas, algo imposible de aplicar en un vagón o un autobús lleno de pasajeros.