La política española ha vivido un nuevo momento teatral en la Asamblea de Madrid. En medio de un debate cargado de tensión, la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, sacó a relucir con ironía el mítico Peugeot 407 en el que Pedro Sánchez, junto a su círculo más cercano, recorrió en su momento España en su llamada ‘pedromaratón’.
La intervención terminó convirtiéndose en una escena que acaparó titulares. Una sarcástica Ayuso disparaba contra el PSOE, aludiendo a las filtraciones que salpican a miembros de la dirección socialista, a quienes bautizó como ‘la banda del Peugeot’. El apodo mezcla burla política con historia automovilística. Porque detrás de su comentario mordaz hay un coche, con kilómetros de historia a sus espaldas, que hoy resurge como metáfora inesperada del poder.
2El 407: una reliquia con motor de leyenda

El Peugeot 407 utilizado en aquella odisea política era tan fiable como modesto. Matriculado en 2011 y con un precio cercano a los 25.000 €, destacaba por su bajo consumo y una autonomía superior a los 1.000 kms. Su velocidad punta de 200 km/h no fue necesaria para la cruzada política de Sánchez, pero sí lo fue su capacidad para resistir largas jornadas de carretera.
Pasó la ITV sin problemas hasta 2018 y fue testigo silencioso de reuniones, llamadas, entrevistas y promesas. En su interior viajaban no solo dirigentes políticos; también ambiciones, estrategias y horas de conversación que marcarían el rumbo del país. El Peugeot no era solo un coche: era el cuartel general sobre ruedas de un político en busca de redención.