La primavera no solo marca el regreso de los días soleados y las temperaturas agradables, también es sinónimo de alergias. Para quienes las padecen, esta estación puede convertirse en un verdadero desafío, sobre todo si pasan muchas horas al volante. La alta concentración de polen en el aire —agravada este año por la humedad acumulada en marzo— no solo afecta la salud, sino que también compromete la seguridad en el coche. Estornudos constantes, ojos irritados o congestión nasal pueden ser tan molestos como peligrosos al manejar.
Lo que muchos no saben es que, al igual que tú, tu coche también necesita un «antihistamínico» para afrontar la primavera. Y aunque no se trata de una pastilla, sí existen medidas y mantenimientos específicos que pueden marcar la diferencia. Desde Midas, especialistas en el cuidado del automovilista, proponen una serie de soluciones preventivas que permiten viajar de forma segura, cómoda y sin síntomas. Porque sí, tu vehículo también necesita protegerse del polen.
4Controla la entrada de aire exterior
La primavera obliga a “blindar” el coche frente al polen. Un truco efectivo es utilizar la función de recirculación de aire, que impide que el aire del exterior entre al habitáculo. De esta forma, se minimiza el contacto con los alérgenos, especialmente en días de alta concentración.
Sin embargo, es importante no abusar de esta opción. Un uso prolongado puede generar condensación y favorecer la aparición de moho. Lo ideal es alternar la recirculación con el uso moderado del aire exterior, y siempre con el filtro de polen en buen estado. Así se consigue un equilibrio entre calidad del aire y confort térmico en el coche.