El rugido de los motores clásicos volvió a recorrer las carreteras italianas en una nueva edición de la 1000 Miglia, la icónica carrera de regularidad que revive el espíritu de las competiciones de antaño. Este año, la leyenda volvió a vestirse de rojo: Alfa Romeo se adjudicó por completo el podio, reafirmando su inquebrantable vínculo con la historia del automovilismo.
Tres Alfa Romeo en el podio
El gran vencedor fue el Alfa Romeo 6C 1750 Super Sport de 1929, del equipo Villa Trasqua, pilotado por el experimentado dúo italiano formado por Andrea Vesco y Fabio Salvinelli. La victoria no fue sólo un logro deportivo, sino también una celebración de la ingeniería clásica del Biscione.
En segundo lugar, el Alfa Romeo 6C 1500 SS demostró su valía con la destacada participación del equipo argentino Erejomovich-Llanos. El tercer puesto lo ocupó otro icono: el 6C 1750 GS Spider Zagato, conducido por Tonconogy y Ruffini, completando así un triplete histórico para la marca italiana en esta 43ª edición de la 1000 Miglia.

Más que una simple carrera, la 1000 Miglia es una verdadera pasarela de arte automotriz en movimiento. Esta edición ofreció una experiencia única a lo largo de más de 1.900 kilómetros, desde su partida en Brescia hasta su regreso a la misma ciudad, atravesando paisajes que alternaron entre los Alpes, la Toscana y las costas del mar Tirreno y Adriático. Una travesía de seis días que unió tradición, emoción y diseño.
Más joyas rodantes en la 1000 Miglia
Entre los participantes destacados también se encontraban tres joyas rodantes bajo el programa Stellantis Heritage: el Alfa Romeo 1900 Super Sprint, un Fiat 600 de 1955 y el espectacular Maserati A6 GCS/53.
Estas tres piezas de museo, habitualmente alojadas en instituciones como el Museo Alfa Romeo de Arese y el Centro Storico Fiat de Turín, fueron el deleite de los asistentes. Cada una representó una era dorada del automovilismo, recordando los años en que el diseño italiano forjaba su leyenda sobre el asfalto.

El Alfa Romeo 1900 Super Sprint, favorito de los ‘gentleman drivers’ de los años 50, fue pilotado por el equipo Luna Rossa. El Fiat 600, símbolo del boom económico italiano y actualmente en plena celebración de su 70 aniversario, evocó recuerdos de una Italia que soñaba sobre ruedas. Y el Maserati A6 GCS/53, probablemente el modelo de la marca más frecuentemente visto en esta competencia histórica, capturó todas las miradas con su silueta indiscutible.
Pasado y presente de la marca
No solo el pasado desfiló en esta edición. Stellantis aprovechó la ocasión para presentar algunos de sus modelos más recientes, entre ellos el Alfa Romeo Junior, el Tonale (aquí la primera prueba), el Giulia Quadrifoglio Super Sport —homenaje al primer triunfo de la marca en la 1000 Miglia— y, como broche de oro, el estreno público del nuevo Alfa Romeo 33 Stradale.
Por su parte, Fiat y Abarth exhibieron el 600 Hybrid y el potente Abarth 600e, ambos testamentos de una herencia reinterpretada en clave contemporánea.

El evento también tuvo un toque humano y digital: empleados de Stellantis de distintos países recorrieron la ruta como embajadores, compartiendo sus vivencias a bordo de los modelos Fiat 600 Hybrid y Alfa Romeo Junior Q4 a través de redes sociales, acercando la magia de la 1000 Miglia a una audiencia global.
Una vez más, la Flecha Roja confirmó que no hay futuro sin memoria. Y en esa memoria colectiva del automovilismo, Alfa Romeo, Fiat y Maserati brillan con luz propia. Esta edición fue más que una carrera: fue un viaje en el tiempo donde cada motor contaba una historia y cada curva despertaba una emoción. Un tributo rodante a lo mejor del diseño, la pasión y el legado italiano.
Fotos: Alfa Romeo.











