El objetivo de Ford Performance es claro en los últimos años. Por un lado, desarrollar vehículos de competición, por otro -y para que salgan las 'cuentas'-, hacer lo propio con modelos deportivos de calle. Y parece que las cosas no van mal porque a los éxitos deportivos se añade una estimación que pasa por vender más de 200.000 automóviles de alto rendimiento a nivel mundial en 2016, casi el doble que hace tres años.
En la cúspide se encuentra el modelo que se convertirá en un icono, el GT, cuya producción acaba de empezar, un escalón por debajo encontramos la sexta generación del Mustang -por primera vez presente en Europa de manera oficial- o el Focus RS, que presume de 350 CV de potencia. En esa 'pirámide' les seguirían hacia abajo modelos tan atractivos como el Focus ST y el Fiesta ST, y entre estos y la gama convencional se situaría la línea ST-Line ahora comercializada.
Con el estilo de los ST
Se trata de lanzar al mercado una familia de vehículos que incorpore gran parte de la imagen deportiva de los modelos ST, pero pensando en aquellos usuarios que no necesitan tanta caballería bajo el capó y, por consiguiente, tampoco buscan altas prestaciones. Imagen sí, pero renunciando a tanto rendimiento en favor de la eficiencia.
La línea ST-Line se extiende a cuatro modelos: el Fiesta, el Focus, el Mondeo y el nuevo Kuga. En este último puede sorprender, pero hay que señalar que ya se ofrecía en la generación anterior un kit aerodinámico de gran éxito.
En el capítulo estético incorporan una rejilla frontal en panal, faros antiniebla con ribetes oscuros, difusores traseros, línea de cintura negra por debajo de las ventanillas, llantas de aleación exclusivas en gris metálico, spoiler delantero, un alerón en el borde posterior del techo o unos faldones laterales más llamativos y voluminosos.
Todos con suspensión deportiva
Asimismo, el interior se desmarca con unos asientos deportivos con acabados en hilo rojo que sujetan lateralmente con mayor eficacia, un volante rematado con pespuntes en color gris, una palanca de cambio de estilo ST, estribos laterales deportivos en el umbral de las puertas…
Y la dinámica se optimiza al presentar todos ellos una suspensión deportiva que rebaja 10 milímetros la altura del conjunto.
Bajo el capó, la oferta de motorizaciones es realmente variada. Por ejemplo, el Fiesta ST-Line monta el motor 1.0 EcoBoost con 100, 125 y 140 CV, así como el diésel 1.5 TDCi de 95 CV. Se ofrece tanto con tres como con cinco puertas, y arranca en 17.775 euros.
El Focus ST-Line apuesta por los EcoBoost de 125, 150 y 182 CV en gasolina, y por 120 y 150 CV en diésel, tanto en cinco puertas como con la carrocería familiar Wagon. Los precios empiezan en 21.825 euros.
Por su parte, el Mondeo ST-Line, disponible tanto en berlina como en la variante de carrocería familiar SportBreak, ofrece mecánicas EcoBoost de 160, 203 y 240 CV, así como los diésel que toman como base el bloque 2.0 TDCi, con 150, 180 y 210 CV. Están a la venta desde 30.950 euros.
Por último, la familia ST-Line del nuevo Kuga contempla un 1.5 EcoBoost de 150 CV y tres versiones diésel con 120, 150 y 180 CV. La variante más potente está asociada exclusivamente a un sistema de tracción total, que también está disponible para el motor TDCi de 150 CV. El resto recurre a la tracción delantera. Los Kuga ST-Line se comercializan desde 29.750 euros.