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Ford Focus RS. Realmente salvaje

Sólo hay tres compactos con más de 300 CV y tracción total que puedan hacer sombra a este Focus RS. El más 'barato' cuesta 48.850 euros y se conforma con 326 CV. Viendo esto, el precio de esta criatura no es de escándalo, más cuando descubres que se trata de un Focus 'Realmente Special'.

Más de dos años de desarrollo por parte de Ford Performance, con pilotos profesionales de todas las categorías, dan como resultado el primer Focus con tracción a las cuatro ruedas, elemento que lo caracteriza y marca las diferencias.

No vamos a analizar su estampa, ni que sólo se venda con cinco puertas, ni que su interior sea soso… Lo que importa es qué es capaz de transmitirnos este compacto con el motor 2.3 EcoBoost del Mustang, pero con nueva refrigeración, culata, pistones, admisión, turbo, intercooler… Casi mejor hablar de motor nuevo y además 'Made in Spain'.

Muy agradable de conducir

Sorprende lo agradable que es, pues el tacto general de la dirección -muy directa pero con un radio de giro excesivo-, el cambio o los pedales son como los de un Focus ST. Todo es muy suave, incluso su motor que parece un V8 atmosférico por su capacidad de empuje. Las suspensiones, aunque firmes, no son secas y si optamos por el modo 'Normal' y no nos excedemos con el gas, su consumo es comedido, por lo que este bólido se puede usar a diario.

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Pero muchos serán quien adquieran este Focus RS para 'track days'. Y para ir a cualquier circuito del planeta, mejor disfrutar antes por carreteras de curvas y activar su modo Sport, que potencia el sonido y varía la respuesta del motor, tracción, dirección, suspensión y las ayudas electrónicas.

El Focus RS no nos transmite la sensación de correr tanto como en realidad hace, pero la facilidad para ir rápido es asombrosa. El eje delantero responde de forma instantánea, su chasis parece de competición -hay un botón en el brazo de los intermitentes para el modo Sport de la suspensión, un 40% más firme-, y los controles no hacen acto de presencia, dejándonos conducir.

Tracción total: todo bajo control

Al abrir gas, tienes dos opciones; ser suave, y el Focus RS será delicado contigo, o forzar la situación, y el sistema AWD Performance enviará hasta un 70% de sus 350 CV al eje posterior; y más concretamente, hasta el cien por cien a una sóla rueda, algo que ningún rival puede hacer y que le confiere una dinámica semejante a un propulsión, pero con la seguridad de tenerlo todo bajo control. Y luego está su sonido, atronador. Lo probamos por tierras valencianas, única comunidad donde podemos pasar desapercibidos con los 'petardeos' de su escape.

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El Focus RS es realmente efectivo y sus frenos aportan seguridad. Creados por Brembo, tienen pinzas de cuatro pistones y en cada rueda se ahorran 4,3 kilos respecto a los de su antecesor. En su desarrollo aguantaban sesiones de 13 detenciones seguidas desde 214 km/h.

Modo 'Drift', para ir de costado

Llegamos al trazado de Cheste y es momento de ponernos en modo 'Track' -seleccionarlo con un botón en el volante hubiera estado mejor-. Los controles son menos intrusivos para rodar en pista y el Focus RS no desentona. Parece pensado para estos cometidos y aporta tanta seguridad que te pones a marcar tiempos desde la primera vuelta. Estena un 'Launch Control' combinado con un cambio manual -es la primera vez- para realizar aceleraciones de carreras. Para activarlo se selecciona desde la pantalla central, pisas el embrague, pones primera, gas a fondo y 3, 2, 1… Sueltas embrague y el Focus RS sale como un cohete sin perder un ápice de tracción y es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 4,7 segundos.

Y cuando sus Michelin Pilot Super Sport comienzan a pedir la cuenta es hora de optar por el modo 'Drift' creado por un tal Ken Block. Ideado para tatuar sonrisas, te permite ir 'de costado' con una facilidad pasmosa a cualquier velocidad, pues todo queda bajo el control de su tracción total y de sus ayudas electrónicas. Sólo tienes que apuntar con el volante y ¡quemar goma!