Europa quedó totalmente arrasada al finalizar la Segunda Gerra Mundial. Sin embargo, Estados Unidos se alzó a los altares como una superpotencia a la que los fabricantes de automóviles europeos apuntaban. La casa italiana Abarth fue una de esas marcas que decidieron atraer a los acaudalados clientes del otro lado del océano con criaturas únicas, como es el caso de este 208 A Spyder que ahora mismo tienes delante de tus ojos y que si te interesa, está a la venta.
Precisamente esos fabricantes con el sello ‘made in Italy’ agasajaron a sus clientes estadounidenses diseñando automóviles con un nuevo estilo llamado ‘Transatlántico’. Este Abarth 208 A Spyder del año 1955 es un claro ejemplo de esas clásicas líneas. Diseñado por Giovanni Michelotti para el artesanal carrocero Boano en Turín, esta maravilla atrajo a un cliente del otro lado del océano gracias a sus formas, pero también gracias a su brillante acabado de dos tonos.
Este Abarth 208 A Spyder nació de la base de un Fiat 1100

Entre esas formas destacan las marcadas aletas, su sencillo parabrisas delantero, los terminales de escape laterales… Detalles que no hacen otra cosa que ocultar el sencillo y humilde chasis sobre el que se asienta este Abarth 208 A Spyder y que no es otro que el de un Fiat 1100.
Este Abarth 208 A Spyder fue uno de los tres prototipos que la firma del escorpión mostró en el año 1955. Según apunta la prestigiosa casa de subastas RM Sotheby’s, encargada de su venta, esta maravilla y su homólogo con carrocería Coupe y llamado 209 A, se pueden considerar como unos automóviles únicos en el mundo. No se puede decir lo mismo de los Abarth 207 A Spyder, criaturas enfocadas a la competición y de los que la compañía italiana ensambló de forma artesanal 10 unidades.
Su humilde motor casi duplicaba la potencia original

Nacer desde la base de un humilde Fiat 1100 también hacía que su mecánica no fuera la más poderosa del mundo. Sin embargo, los ingenieros de Abarth trabajaron en ese motor de cuatro cilindros y con 1.089 centímetros cúbicos al que instalaron un carburador doble firmado por Weber, un nuevo colector de escape personalizado y algún que otro detalle que le permitía generar la ‘friolera’ de 67 CV de potencia. Pueden no parecer mucho, pero es casi el doble de los 36 CV que entregaba el motor de serie de un Fiat 1100.
Fueron los hermanos Du Pont, herederos de una importante empresa química de Estados Unidos, así como unos afamados pilotos al otro lado del océano, quienes pusieron su punto de mira en este Abarth 208 A Spyder. Lo utilizaron durante un tiempo hasta que se lo vendieron a un amigo suyo, quien acabó regalándoselo a Bill Hale a comienzos de los años ‘70. Bill, mecánico de aviones que trabajaba para los propietarios originales, condujo este Abarth 208 A Spyder por Long Island hasta que acabó mudándose a Maine, para posteriormente acabar en Nueva York.
Pintar este Abarth 208 A Spyder ha costado más de 30.000 euros

Cuidó y mantuvo como a un hijo su Abarth 208 A Spyder hasta el año 2009, cuando decidió venderlo al coleccionista Elad Shraga. A pesar de tener por aquellos entonces 54 años de historia a sus espaldas, el vehículo se encontraba en excelentes condiciones. Sin embargo Shraga decidió arreglar pequeños desperfectos de su carrocería y poner a punto la mecánica de esta maravilla, que había sido modificada a lo largo de su vida. Todo ello para devolverlo a su estado original tal y como abandonó Italia en al año 1955.
En ese estado es como acabó en manos de su último propietario, quien decidió ir un paso más allá y mandar este Abarth 208 A Spyder a Italia para que lo volvieran a pintar, trabajo por el que pagó más de 30.000 euros. Sin embargo, decidió no restaurar otros elementos como puede ser el tapizado de sus asientos para conservar su carácter y no perder algunos signos de la historia.
A día de hoy tiene matrícula de Grecia y reside en Mónaco

Es ahora cuando los especialistas de RM Sotheby’s lo han puesto a la venta de forma privada. Con matrícula de Grecia, este Abarth 208 A Spyder se vende en Mónaco, pero desgraciadamente su precio no ha sido revelado. Y probablemente jamás lleguemos a saber lo que se ha pagado por esta maravilla única en el mundo.




































