El verano trae consigo días más largos, vacaciones y viajes por carretera… pero también temperaturas extremas que pueden convertirse en un enemigo silencioso para tu coche. Cuando el termómetro supera los 40 grados, no solo es el conductor quien sufre el calor; cada pieza y sistema del coche se ve sometido a un esfuerzo extra que acelera su desgaste y aumenta el riesgo de averías.
La Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV) advierte que mantener la ITV al día y seguir un plan de mantenimiento preventivo no es solo una cuestión de papeleo, sino una garantía de seguridad en momentos críticos. Porque, en condiciones extremas, incluso un componente aparentemente en buen estado puede fallar de forma repentina.
4Sistema de refrigeración: el guardián del motor

Cuando el mercurio sube, el sistema de refrigeración se convierte en el salvavidas del motor. Radiador, termostato, bomba de agua y manguitos trabajan al límite para mantener la temperatura adecuada. Si cualquiera de estas piezas falla, el sobrecalentamiento puede provocar daños graves, como la deformación de la culata o la rotura de la junta.
El mantenimiento aquí es clave: comprobar el nivel y estado del refrigerante, revisar posibles fugas y asegurarse de que el ventilador funciona correctamente son acciones imprescindibles. Además, usar un refrigerante de calidad y con la mezcla correcta protege contra la corrosión y mejora la eficiencia del sistema.