Varios ministros del Gobierno de Alemania se han posicionado en contra de los aranceles a la importación de vehículos eléctricos procedentes de China anunciados por la Comisión Europea. Piden entablar conversaciones con el Gobierno de Xi Jinping para evitar una posible «guerra comercial» con el gigante asiático.
Posición del vicecanciller Robert Habeck
El vicecanciller, Robert Habeck, respalda la idea de poner en marcha paneles de negociación con China para resolver lo que ha descrito como un «estancamiento comercial». Ha advertido sobre la escalada de tensiones entre los bloques y la importancia de actuar de manera inmediata. Habeck enfatiza que «los aranceles son siempre el último recurso como medida política y, a menudo, el peor camino que se puede seguir».
Opinión del ministro alemán de Transportes, Volker Wissing
El ministro alemán de Transportes, Volker Wissing, del partido liberal, también ha mostrado su preocupación ante las posibles consecuencias de los aranceles punitivos. Advierte que estas medidas afectarán a las empresas alemanas y a sus productos más destacados. Según Wissing, «los vehículos deben abaratarse a través de una mayor competencia, mercados abiertos y condiciones de producción significativamente mejores en la UE«, rechazando así las guerras comerciales y la exclusión del mercado como solución.
Rechazo de las asociaciones del sector automotriz
Por su parte, la asociación alemana de la industria de la automoción (VDA) considera que los aranceles son un obstáculo para la cooperación mundial. Aseguran que esta medida aumentará el riesgo de futuros conflictos comerciales. Según la presidenta de la asociación, Hildegard Müller, los derechos compensatorios impuestos a los coches eléctricos importados de China no contribuyen a reforzar la competitividad de la industria automovilística europea.
La Cámara Alemana de Industria y Comercio (DIHK) también ha expresado su preocupación ante la posibilidad de un incremento de las tensiones con China. Sin embargo, consideran que también es responsabilidad de Pekín acercarse a Bruselas con «propuestas constructivas para poner fin de forma coherente y rápida a los comportamientos que distorsionan la competencia«.
En resumen, la postura de varios ministros alemanes y de las asociaciones del sector automotriz es clara en cuanto a la oposición a los aranceles impuestos a la importación de vehículos eléctricos chinos. Se resalta la importancia del diálogo y la negociación como vías preferentes para resolver conflictos comerciales y evitar una escalada de tensiones. La competitividad y la cooperación a nivel mundial son factores clave que se ponen en juego en esta situación. Es fundamental buscar soluciones que fomenten un comercio justo y beneficioso para todas las partes involucradas.








