El examen de conducir en España se enfrenta a una de las mayores transformaciones de los últimos años. No hablamos de pequeños ajustes en la redacción de las preguntas ni de cambios en los plazos, sino de una renovación profunda que busca que el conductor novel no solo memorice normas, sino que desarrolle una verdadera capacidad de análisis y reacción ante situaciones reales. La Dirección General de Tráfico (DGT) ha decidido dar un paso adelante e introducir dos grandes novedades: la incorporación de nuevas señales de tráfico y, lo más llamativo, la integración de vídeos de situaciones reales en el examen teórico.
El calendario ya está marcado: a partir de octubre de 2025 se evaluará sobre las nuevas señales incluidas en el Reglamento General de Circulación. Y en 2026, el examen vivirá su revolución definitiva con la llegada de los vídeos, que pondrán a prueba la percepción del riesgo y la capacidad de anticipación de los futuros conductores. Para quienes se preparan en una autoescuela, es el momento de redoblar esfuerzos y entender que la preparación será diferente a todo lo visto hasta ahora.
2La gran revolución: vídeos que medirán tu percepción del riesgo

Si lo de las señales ya supone un reto, lo que llegará en 2026 representa una auténtica revolución pedagógica. El examen teórico incorporará vídeos de situaciones reales de tráfico. El objetivo es sencillo: comprobar si el futuro conductor sabe detectar un riesgo antes de que sea demasiado tarde.
Los vídeos mostrarán escenas grabadas en carreteras y ciudades: un peatón que cruza de forma inesperada, un ciclista mal señalizado, una moto que adelanta entre coches, un coche averiado mal estacionado en una curva o una lluvia repentina que reduce la visibilidad. Tras ver la escena, el alumno deberá responder qué maniobra sería la más segura: reducir la velocidad, cambiar de carril, detenerse o mantener la marcha con precaución.
La idea es acabar con la mecánica de “aprenderse de memoria los test”. Según fuentes de la DGT, este nuevo sistema ayudará a formar conductores conscientes y proactivos, capaces de anticiparse a los peligros. No basta con saber que la velocidad máxima en ciudad es de 30 km/h en ciertas calles: hay que comprender por qué, y cómo esa norma puede evitar un atropello.