La conducción está cambiando. Uno de los grandes protagonistas de esta transformación es el sistema de velocidad dinámica. Hasta hace poco, el límite en autovías y autopistas estaba grabado a fuego en carteles metálicos fijos: 120 km/h. Sin embargo, esa rigidez choca con la realidad de la carretera, donde el tráfico, el tiempo e incluso la contaminación modifican constantemente las condiciones de seguridad.
Por eso, cada vez más tramos de la red viaria española apuestan por la velocidad dinámica, un sistema que ajusta el límite máximo en función de lo que ocurre en tiempo real. El concepto no es nuevo en Europa, pero es ahora cuando empieza a hacerse un hueco en nuestro país. Y con él, también llegan dudas, despistes… y multas para quienes no prestan suficiente atención.
3Ejemplos en España y Europa

En España, la Generalitat de Catalunya ha tomado la delantera. Desde marzo de 2024, un tramo de 150 km de la AP-7 entre Maçanet de la Selva y El Vendrell ya funciona con velocidad dinámica. Se trata de una de las autopistas más transitadas y conflictivas, donde los atascos y los accidentes son frecuentes. El objetivo del nuevo sistema es ordenar mejor el tráfico y reducir los riesgos.
Pero España no es pionera en ello. Alemania, Noruega, Países Bajos o Francia llevan años utilizando sistemas similares, con resultados positivos. Por ejemplo, en el Boulevard Périphérique de París, la velocidad desciende automáticamente de 70 a 50 km/h cuando la contaminación se dispara. Según la OCDE, los límites variables pueden reducir hasta un 30% los accidentes graves y un 20% el tiempo de congestión.