El año 2035 está marcado en rojo en muchos calendarios. Es el año en el que la Unión Europea quiere que se dejen de vender coches nuevos de gasolina, diésel o híbridos, el punto de no retorno hacia el coche 100% eléctrico.
Sin embargo, Bruselas ha decidido revisar todo el plan antes de lo que se esperaba. Lo que iba a pasar en 2026, ahora se decidirá en 2025. Y esta decisión lo cambia todo.
2E-fuels e híbridos enchufables, grandes protagonistas
La revisión de 2025 se va a centrar en dos tecnologías que el plan original casi había descartado: los e-fuels y los híbridos enchufables (PHEV).
Los e-fuels, o combustibles sintéticos, son la gran esperanza para salvar al motor de gasolina. Se produce usando hidrógeno verde y CO2 que se captura de la atmósfera o de una fábrica. El resultado es un combustible que tu coche de gasolina actual podría usar.
Lo más importante de estos combustibles es que son neutros en carbono. Es decir, que tu coche seguirá echando CO2 por el tubo de escape, pero ese CO2 es el mismo que ya se usó para fabricar el combustible.
Alemania, presionada por algunos de sus partidos, fue la que obligó a meter una excepción para los e-fuels en la ley de 2035. Consiguieron que la ley dijera que se podrían vender coches de combustión después de 2035 solo si usaban estos e-fuels. El problema es que la Unión Europea, que no estaba muy a favor, ha tardado mucho en definir las reglas técnicas de cómo funcionaría esto.
La revisión de 2025 será el momento de la verdad. Los que apoyan los e-fuels quieren que se reconozcan como una alternativa real y viable. Los que están en contra, como los socialistas y los verdes, dicen que son carísimos, muy poco eficientes de producir y que son una distracción del verdadero objetivo: el coche eléctrico de batería.
El otro gran tema de la revisión son los coches híbridos enchufables, los que llevan etiqueta CERO de la DGT. Estos coches tienen un motor de gasolina y un motor eléctrico con una batería que puedes cargar en un enchufe.
Sobre el papel, son perfectos. Usas electricidad para ir al trabajo cada día sin contaminar y tienes gasolina para los viajes largos sin preocuparte por la autonomía. El problema es que la realidad está siendo muy distinta.
La Unión Europea mide la contaminación de estos coches con un factor de utilidad. Es un cálculo que supone cuánto usa el conductor la parte eléctrica y cuánto la de gasolina. Pero los estudios demuestran que la gente no los carga tanto como debería. Muchos conductores los usan como un híbrido normal, sin enchufarlos nunca, pero llevando a cuestas el peso muerto de una batería enorme. En ese caso, contaminan mucho más de lo que dicen los papeles.
La UE ya tenía planeado endurecer este factor en 2025 y 2027, para que las cifras oficiales de CO2 de los PHEV se parecieran más a la realidad. Esto los hace menos atractivos para los fabricantes, que los usan para bajar la media de emisiones de toda su gama.
La revisión de 2025 analizará los datos reales de uso de los PHEV. ¿Están ayudando de verdad a la transición o son una forma de maquillar las cifras? La supervivencia de los híbridos enchufables como opción válida más allá de 2030 depende de esta revisión.








