En Estados Unidos, los taxis autónomos han pasado en apenas cinco años de ser un experimento a convertirse en un servicio cotidiano en ciudades como San Francisco, Phoenix o Miami. Lo que comenzó como una apuesta arriesgada por parte de compañías tecnológicas y fabricantes de coches, hoy se traduce en millones de trayectos anuales y una revolución en la movilidad urbana.
Con datos cada vez más sólidos en la mano, resulta evidente que este fenómeno no es pasajero. Las cifras de seguridad, ahorro y satisfacción de los usuarios son tan contundentes que los expertos coinciden: la llegada de los taxis sin conductor a España no es una cuestión de “si”, sino de “cuándo”. Y todo apunta a que será más pronto de lo que pensamos.
1Una nueva forma de moverse por la ciudad

Los taxis autónomos representan mucho más que una evolución tecnológica: son un cambio cultural en la relación entre los ciudadanos y el transporte público. En EE.UU., miles de personas ya utilizan a diario este servicio para ir al trabajo, salir de ocio o cubrir trayectos que antes hacían en coche particular. ¿Su atractivo? Su sencillez: abres una aplicación, pides un vehículo y te dejas llevar sin preocuparte por nada más.
Lo que parecía ciencia ficción se ha convertido en rutina. Empresas como Waymo, filial de Google, han demostrado que la conducción sin conductor no solo es posible, sino también eficiente. Tanto es así que en ciudades como Phoenix ya circulan taxis autónomos 24 horas al día, siete días a la semana.