La tasación de un coche es un trámite que tarde o temprano todos los conductores afrontan, ya sea para vender su vehículo, entregarlo como parte del pago de uno nuevo o simplemente conocer su valor real en el mercado. Y aunque muchas personas creen que este precio se determina únicamente por la marca, el modelo o el año, la realidad es mucho más compleja. Detrás de cada valoración hay un análisis minucioso en el que intervienen multitud de variables que pueden elevar —o reducir— de forma notable la cifra final.
Entender estos factores no solo permite anticiparse a lo que te ofrecerán en un concesionario o en una plataforma de compra, sino también optimizar algunos aspectos para sacar más dinero por tu vehículo. Incluso pequeñas mejoras pueden marcar la diferencia entre una oferta mediocre y una que realmente te compense. Por eso, conocer cómo funciona la tasación y cómo influir en ella es clave para cualquier conductor que quiera vender con inteligencia.
3El historial de mantenimiento y las revisiones oficiales
Un libro de mantenimiento sellado en concesionario oficial, facturas de revisiones, informes de ITV favorables… Todo esto tiene un peso muy significativo en la tasación. Para un tasador, un coche bien documentado es un coche que ha recibido la atención que necesita y que podría tener menos sorpresas técnicas en el futuro.
Si has sido constante guardando facturas, enhorabuena: eso se paga. Y si no, todavía estás a tiempo de recopilar todo lo que puedas. Incluso tener al día las campañas de actualización del fabricante o demostrar que has utilizado recambios originales puede influir positivamente en la valoración final.








