El mundo del automóvil cambia, evoluciona y se electrifica, pero hay una preocupación que nunca desaparece: las averías del motor. Tanto si hablamos de vehículos híbridos modernos, de eléctricos recién llegados al mercado o de los veteranos diésel y gasolina que siguen dominando las carreteras, todos los conductores comparten el mismo temor: encontrarse con una reparación cara, inesperada y difícil de evitar. Por eso, cuando un estudio serio arroja una luz clara sobre qué tipos de motor sufren más fallos graves, es normal que a los mecánicos les salten todas las alarmas.
Eso es exactamente lo que le ocurrió a Pedro, mecánico con casi cuatro décadas de experiencia en talleres multimarca, al conocer un análisis reciente de Carly, la app especializada en diagnóstico automotriz. “Sabía que algunos motores fallan más que otros, pero no imaginaba que las diferencias fueran tan grandes”, comenta. Y es que el informe, basado en 365.000 vehículos analizados en España, rompe varios mitos y deja al descubierto qué tecnologías están aguantando mejor el paso del tiempo… y cuáles sufren más averías críticas.
3Una señal clara de futuro: los híbridos y eléctricos acumulan muchos fallos medios
Aunque híbridos y eléctricos presentan pocas averías graves, hay un detalle que sorprende en el estudio: concentran un porcentaje muy alto de fallos medios, es decir, problemas que aún no son críticos, pero pueden convertirse en averías serias si no se atienden.
Los datos de Carly muestran:
Híbridos: 52,18% de fallos medios
Eléctricos: 43,42%
Diésel: 27,38%
Gas: 21,11%
Esto significa que, aunque hoy se rompen menos, a medida que envejezcan podrían generar un volumen notable de fallos graves si no reciben mantenimiento preventivo. Pedro lo tiene claro: “Los híbridos son muy fiables, sí, pero no son indestructibles. Tienen electrónica compleja, baterías, sistemas duales… Ignorar una alerta puede salir caro dentro de unos años”.







