A Patricia, comercial en la zona norte de España, le cambió la vida un consejo que jamás imaginó que vendría del propio RACE. Acostumbrada a conducir desde bien pronto por la mañana, subir puertos en invierno y pelearse para poner las cadenas, escuchó una frase que parecía exagerada a simple vista, pero que le terminó ahorrando tiempo, disgustos y esfuerzo: «Con este truco no volverás a necesitar cadenas».
Lo que parecía un secreto mágico resultó ser algo mucho más práctico, lógico y avalado por normativa: los neumáticos de invierno con certificación 3PMSF, esos que llevan dibujada una montaña de tres picos con un copo de nieve. Un detalle que Patricia no conocía y que, según confiesa, le habría «evitado años de manos congeladas al intentar montar las cadenas».
4Sus ventajas y limitaciones
La principal ventaja es obvia: libertad total para conducir en invierno sin tener que detenerte, sacar las cadenas y helarte las manos al montarlas. Pero también aportan mayor seguridad, mejor control en curvas, frenadas más cortas y una conducción más cómoda. En palabras de Patricia, «es increíble la tranquilidad que da no depender de las cadenas».
Sin embargo, también tienen limitaciones. Si las temperaturas superan los 7 °C, estos neumáticos se degradan más rápido, porque su compuesto blando está optimizado para el frío. Por eso su uso está recomendado solo en invierno y en zonas de frío extremo. Para quienes viven en áreas montañosas, tener dos juegos —uno de verano y otro de invierno— suele ser la opción más eficiente.
