Pocas personas conocen mejor los secretos del mantenimiento diario de un coche que quienes están en primera línea de los talleres. Lucía, una jefa de taller de 39 años, es una de ellas. Su experiencia se nota no solo en la rapidez con la que diagnostica un problema, sino también en la forma en que comparte sus consejos con los clientes, siempre con un toque práctico y sincero.
Según Lucía, se puede alargar considerablemente la vida útil de los cristales del coche. «Si echas este producto, no vas a tener que cambiar los limpiaparabrisas en una buena temporada», asegura. Pero, ¿qué hay detrás de este consejo? ¿Realmente puede un simple producto hacer tanta diferencia en el mantenimiento del parabrisas?
1El cristal, el gran olvidado del mantenimiento del coche
 
                                
                            Cuando se habla de mantenimiento del coche, solemos pensar en el aceite, los frenos o los neumáticos. Sin embargo, el cristal —especialmente del parabrisas— juega un papel fundamental en la seguridad y la visibilidad al conducir. A pesar de ello, muchos conductores lo pasan por alto hasta que un día, bajo la lluvia, los limpiaparabrisas empiezan a chirriar o dejar marcas que dificultan la visión.
Lucía lo tiene claro: «El cristal es como la piel del coche. Si no lo cuidas, se ensucia, se reseca y pierde su capacidad de repeler el agua». Con el tiempo, los restos de polvo, insectos, cal y contaminación se pegan al parabrisas, formando una capa casi invisible que deteriora la superficie y las gomas de los ‘limpia’. Esa fricción constante provoca un desgaste prematuro y obliga a sustituirlos antes de tiempo.








