Cuando una dana golpea con fuerza, las calles anegadas y los coches flotando se convierten en una imagen tristemente habitual. Para muchos conductores, el verdadero problema empieza cuando el agua baja y descubren que su vehículo ha quedado completamente inundado. En ese momento surge la gran pregunta: ¿merece la pena arreglarlo, o es mejor darlo por perdido?
La respuesta no es sencilla. Reparar un coche afectado por el agua implica más que secarlo y arrancarlo. Puede haber daños mecánicos, eléctricos, electrónicos e incluso estructurales. Y todo ello se traduce en tiempo, mano de obra especializada y, sobre todo, dinero. ¿Sabes cuánto te puede costar devolver a la vida un coche afectado por la dana? ¿Te compensa repararlo?
2Los daños ocultos: componentes bajo presión

Uno de los grandes enemigos tras una dana es la corrosión. Aunque el coche vuelva a arrancar, la humedad puede permanecer en conectores, cables y sensores; y, con el tiempo, provocar fallos intermitentes muy difíciles de diagnosticar. En algunos casos, pueden aparecer averías meses después del incidente. Los talleres advierten que resolverlas puede llegar a costar hasta 4.000 o 5.000 €.
El problema es que los coches actuales dependen de la electrónica para casi todo: frenos, airbags, dirección, climatización, infoentretenimiento… Cada módulo averiado por la dana es un golpe al bolsillo. Y algunas marcas tienen piezas especialmente caras o difíciles de encontrar, lo que obliga a esperar o incluso recurrir a piezas de desguace.